¿Por qué somos así? Somos un país en el que siempre estamos pensando cómo evitar cumplir la ley, en evitar a la autoridad; pensamos en tratar de sacar provecho para el beneficio propio. No es posible que no se acepten los errores, que no exista autocrítica y que siempre los terceros sean los responsables de los actos propios.

En el futbol es muy común que siempre exista una reclamación cuando hay una expulsión. Después, viene el intento para que le quiten el castigo a un futbolista.

Pero así como los futbolistas no le tienen el menor respeto a la autoridad en el campo, aunque sean malísimos los árbitros, se tienen que respetar y no buscar remediar lo que se hizo mal con apelaciones y otro tipo de elementos con los que siempre intentan hacer como si no hubieran cometido una infracción.

Sucedió con Juan Carlos Osorio tras su expulsión en el partido por el tercer lugar de la Copa Confederaciones. Sí, muy apenado, inculpándose a los cuatro vientos, pero pensando si la Federación Mexicana de Futbol tendrá los elementos para apelar la decisión de la FIFA y que le reduzcan el castigo, es decir, nula autocrítica y aceptación a medias del castigo.

Lo que se publica en las siguientes páginas el día de hoy en Universo Deportivo, es otro gran ejemplo.

En diferentes momentos y de diferentes formas, pero Chivas TV falló. Sí, falló, y cometió un fraude a los clientes que confiraron en ellos.

La Profeco actuó correctamente aplicándoles una multa, una sanción, que no han pagado, que se han hecho de la vista gorda y por la cual han utilizado argumentos legales para evitar cubrir lo que merecidamente les habían aplicado.

No hay un solo usuario de Chivas TV, que compró esos partidos que no se vieron por sus fallas, al que le hayan regresado el dinero. Otra vez, el tráfico de influencias, otra vez la impunidad en un país en el que parece que los empresarios poderosos evitan cumplir la ley y las autoridades se lo permiten.

Empresas tan populares como Chivas, por lo que representan para los millones de mexicanos, deberían tener un mensaje claro de respeto a las autoridades. Así como los empresarios evitan pagar multas merecidas, que los futbolistas que eviten tratar de engañar a los árbitros y que los silbantes no crean que los enemigos son los futbolistas. Todos tienen su responsabilidad en esto y deberían aportar para dar una mejor imagen.

México en el deporte debe ser un ejemplo de decencia, no una muestra constante de artimañas para sacar provecho. Ojalá estos personajes recuerden que no porque se pueda hacer quiere decir que esté bien hecho, y que son seguidos por millones de mexicanos, quienes imitan muchas de las cosas que hacen, incluyendo las negativas. Ojalá cambien.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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