Una zona con más rezagos que adelantos, manchada por amaño de partidos, con dirigentes inculpados por corromper las leyes para sacar beneficio personal y de empresas que nada tienen que ver con sus federaciones.

Con países que tienen problemas para mantener sus ligas y viven casi en el olvido, subsistiendo de limosnas de FIFA y Concacaf.

El Salvador, Martinica, Curazao, Nicaragua, Guayana Francesa. Para estas selecciones, la Copa Oro será lo más cercano a una Copa del Mundo. O como Canadá, que aunque tiene el recurso, perdió el rumbo hasta salir de los seis mejores de la zona en cada eliminatoria.

Un torneo donde las selecciones que dominan como México y Estados Unidos mandan equipos B, con jugadores en formación o que no les alcanza aún para estar en la selección A.

A la Concacaf ya se le olvidó llevar el torneo a otros países y con ello ayudar a desarrollar la infraestructura de crecer en estadios. Se acomodaron en Estados Unidos, a hacer caja y nada más. El futbol no les importa, es nada más el pretexto para hacer sonar la registradora.

Pueden decir que se les paga por participar y que hay un gran premio económico si ganan el torneo, pero siempre es para México, Estados Unidos y nada más.

¿Cuál es el real atractivo de la Copa Oro?

Entrega medio boleto para la siguiente edición de la Copa Confederaciones, que se analiza si continuará o no.

El nivel de competencia está muy por debajo de ser un espectáculo para las audiencias.

Para las potencias de la zona es un compromiso ganarla, una obligación, pero no una aspiración, o me van a decir que el futbol mexicano se prepara específicamente para la Copa Oro. No es una motivación.

Y no, no me mal entienda, los jugadores son profesionales y buscan ganar donde compiten, lo veo y lo comento desde un punto mucho más alejado, en un plano más global.

¿Cuánto crece el futbol mexicano ganando este torneo?

Nada.

Sólo mantener el estatus.

Mesuremos los festejos, guardemos los “espanta suegras, el confeti, los globos y el pastel”. Es un torneo en el que hay que cumplir y punto, cumplir ganándola. Como laboratorio de prueba es muy limitado, tal vez las finales son lo más demandante y nada más. Los jugadores que defienden a la Selección en este torneo deben aprovechar y no fallar, porque no hay nada extraordinario en ganar el torneo y por el contrario, sí hay un mar de críticas sino lo hacen. Sí, hay una Copa al final del torneo pero Oro no.

futbol@eluniversal.com.mx

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