Equipos que no pagan y siguen participando. Equipos que ascienden y se quedan en la misma división. División de Ascenso sin Ascenso. Draft que deben terminar a una hora y terminan seis horas después. Comisión de Arbitraje que no quiere a su presidente. La Disciplinaria pone todo menos disciplina. Jugadores que agreden árbitros y les dan un año de castigo que después se reduce. Ridículas sanciones de veto a estadios, mismas sanciones que luego son ridículamente eliminadas.

¿Qué carajo le pasa al futbol mexicano? No respeta ni sus propias reglas. El futbol mexicano está inmerso en una crisis de credibilidad muy importante. Hay grandes esfuerzos individuales de muchos equipos, pero la Liga se rezaga.

Pocos modelos son éxitos en lo deportivo y otro, los menos, también en lo económico. Las reglas de los extranjeros para combatir la inflación ha provocado que se disparen los precios de los futbolistas mexicanos top. Las comisiones de desarrollo y de seguridad están rezagadas. Si a pesar de esas cosas, la Liga sigue, y crece, ¿qué sería de nuestro futbol si se metiera orden?

El futbol mexicano vive en crisis desde hace mucho, pero hoy más que nunca, la peor crisis que tiene es de credibilidad. No se creen ni ellos mismos y eso puede ser fatal. Internamente hay descrédito y de manera externa lo proyectan. Muchos equipos han avanzado, pero ahora toca traer a la organizanción de la Liga a ese avance. Fortalecer las estructuras físicas pero también morales. Curar y sanar la credibilidad.


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***Enrique Bonilla platica con José Luis Higuera al iniciar operaciones. (ÁLVARO PAULIN. IMAGO7)

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