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Mientras en México y en el mundo se discuten y analizan, alarman y desesperan las políticas fascistas del más feo de los americanos feos, Ugly American, en el Distrito Federal una parte de los diputados constituyentes se apresta a asestar una alevosa puñalada por la espalda a los capitalinos, mientras nos encontramos diseñando estrategias de respuesta ante lo que puede llegar a ser una nueva debacle económica perpetrada en contra de la dolorida patria. El 20 de enero de 2017 llegará a la Casa Blanca el alumno más destacado de la Diplomacia del Dólar y del Destino Manifiesto que viene decidido a desempolvar y a volver a ejecutar los capítulos más negros de la historia de Estados Unidos y su política del Gran Garrote, Big Stick, según lo estableciera el tristemente célebre presidente Teodoro Roosevelt…
Pues bien, mientras la nación analiza las consecuencias de la apertura indiscriminada del TLC y sus implicaciones en la generación de empleos y de riqueza en México; en tanto se calculan las repercusiones que podrían desprenderse de un gravamen impuesto a las remesas que este año se elevarán a 26 mil millones de dólares; en lo que discutimos el atentado en contra de la región norteamericana al pretenderse erigir un muro y se alega la conveniencia de participar y estimular el nuevo tratado del TPP, sí, entre que las mayorías buscamos alternativas y planes, B, C, D y X para salvar a la patria, aquí, en el DF, los constituyentes extraídos del paleolítico tardío aprovechan la distracción política para pretender confiscar, es decir, expropiar la plusvalía inmobiliaria según lo consigna el artículo 21 del proyecto constitucional.
Me explico: si un chilango adquirió un bien inmueble en la Ciudad de México con un valor de un millón de pesos y resulta que por el transcurso del tiempo ahora vale el doble o el triple, entonces el fisco capitalino podría confiscar esa ganancia, esté o no a la venta el inmueble. Es claro que esta absurda confiscación de extracción marxista-chavista-castrista estaría desvinculada del Impuesto Sobre La Renta aplicable a las utilidades de capital. Es decir, adiós a la propiedad privada en el DF, mientras argumentamos los peligros que implica la llegada de Trump al Salón Oval. ¿Amparos? Van a llover y se congestionará el Poder Judicial, porque la Constitución del DF no puede ir más allá de la federal, sin embargo, alarma que unos “rabanazos”, rojos por afuera, blancos por adentro, nadie los digiere y todos los eructamos, tengan la posibilidad de dañar severamente a la capital de la República, misma que tienen secuestrada.
Los países que impusieron la desaparición de la propiedad privada por la vía de las armas, como la Cuba de Castro, la Alemania oriental, Corea del Norte, la Unión Soviética y sus satélites europeos, padecieron la desaparición de todo género de libertades y de garantías individuales, hasta caer en una rotunda quiebra comprobada con el derrumbe del Muro de Berlín y de la llamada Cortina de Hierro. El comunismo siempre se impuso por medio de las bayonetas. Cuando desaparece la propiedad privada, la historia lo demuestra, desaparece el bienestar… Mientras los capitalinos ponemos nuestra atención en el exterior, los constituyentes del DF afilan sus aceros para hundírnoslos en la espalda… ¡Defendamos el patrimonio familiar!
@fmartinmoreno