Más Información
Presentan informe “El legado de López Obrador”; señalan secuelas de reforma judicial y desaparición de órganos autónomos
Enorme incertidumbre, resultados de la reforma judicial, dice Norma Piña; fue planteada sin diagnostico
Profepa va por clausurar relleno sanitario en Puebla; comunidades acusan afectaciones a su salud por sustancias tóxicas
INAI señala que es vital que la Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias informe procedimientos; solicita apoyo de la SRE
El pasado viernes, luego de un controvertido proceso y una cerrada votación, el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo —OMT— eligió a Zurab Pololikashvili, nacional de Georgia, para ser propuesto a la Asamblea General de esta agencia de Naciones Unidas, para ocupar el cargo de Secretario General en el periodo 2018-2021.
En su relativa corta vida —fue fundada en 1975— la OMT ha tenido solo cinco Secretarios General: dos franceses, un mexicano (Antonio Enríquez Savignac), un austriaco y el jordano Taleb Rifai que habrá de concluir su encargo hacia el final del presente año. Rifai supo con su liderazgo transmitir con claridad el mensaje sobre la importancia del turismo en los tiempos más turbulentos por los que ha transitado esta actividad, que incluyen la peor crisis económica global de los últimos años y una interminable sucesión de actos terroristas que con frecuencia encuentran su objetivo en lo que podía denominarse como objetivos turísticos, incluso en países con depurados sistemas defensivos.
Pololikashvili llega a una OMT fortalecida, sí, pero en la que se extraña la presencia de importantes potencias turísticas como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, con tres grandes retos en la agenda: la facilitación de los viajes —en un entorno de iniciativas proteccionistas y de los ya mencionados recurrentes actos terroristas—; el aprovechamiento de las bondades de la tecnología, pero, al mismo tiempo la orientación para favorecer una competencia justa luego de la formidable toma de posiciones que ha tomado la economía colaborativa en el sector al amparo de dicha tecnología con jugadores como Airbnb; y la necesidad de desenvolverse bajo condiciones de sustentabilidad. Además de estos enormes retos y los que emerjan en los próximos años, mucho habrá de trabajar el nuevo Secretario General para convencer a los Estados miembros de la OMT de que reúne el perfil apropiado para la posición, pues el competido proceso electoral que contó con el concurso de siete candidatos formalmente respaldados por sus respectivos países, no estuvo exento de dimes y diretes dentro de los que se cuestionó públicamente algunos de los métodos empleados para la promoción del candidato georgiano. La hoja de vida del diplomático electo, además de mostrar su juventud —nació en 1977— no da muchas pistas que respalden una trayectoria significativa en el ámbito del turismo; ciertamente, se reconoce su paso como viceministro de Relaciones Exteriores y ministro de Economía de su país, pero además de haber sido Embajador en España y de la mano de ello, Representante Permanente ante la OMT, no hay muchos datos que avalen su experiencia en
el sector.
Así, sin duda el turismo mundial extrañará el liderazgo carismático y atinado de Taleb Rifai, en tanto que habrá que ver si el nuevo Secretario General tiene los tamaños para acompañar los tiempos venideros del turismo que, de ninguna manera, se perfilan como fáciles. No es una exageración afirmar que las delegaciones participantes en la sesión del Consejo Ejecutivo celebrada en Madrid —entre las que se contaba la de nuestro país—, eligieron a un representante de un país —en esta caso Georgia— que apostó fuerte por alcanzar una posición relevante en el entramado de las organizaciones internacionales, más que al líder turístico que estaban buscando.
Con un presupuesto limitado, oficinas en un solo país del mundo —España— y un pequeño equipo de poco más de 100 personas, la OMT está llamada a perseverar en la tarea de dar notoriedad al turismo, no sólo como una industria que realiza importantes contribuciones sociales y económicas, sino también como un factor de entendimiento entre las sociedades, en la lógica de que los viajes son parte del estilo de vida actual, recordando que cada año se realizan cerca de 1.3 miles de millones de desplazamientos internacionales. En todo caso México, en su condición de país líder del turismo mundial, es un jugador importante dentro de la Organización y deberá vigilar el desempeño del georgiano, haciendo valer su posición en los diferentes órganos rectores de la OMT.
Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.