Francisco Madrid Flores

Competitividad y turismo... una vez más

La posición 22 en el ranking de competitividad turística está apuntalada, principalmente, por las ventajas en lo que se refiera al patrimonio natural y cultural. En contraste hay importantes retos en los pilares de seguridad (lugar 113) y sustentabilidad ambiental (116)

17/04/2017 |01:01
Redacción El Universal
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Hace unos días se ha dado a conocer la actualización del Índice de Competitividad Turística del Foro Económico de Davos en el que se muestra el desempeño en la materia de 136 economías. Dentro de los principales resultados de este reporte se tiene el mantenimiento de algunas potencias europeas en la cúspide de la feroz competencia turística (España ocupa el primer sitio, Francia el segundo y Alemania el tercero); el sostenido crecimiento de la industria en el mundo, notablemente a contrapelo de la sombras del proteccionismo; un paulatino pero inexorable avance de Asia en el escenario turístico global; la conectividad como ingrediente clave del terreno competitivo actual y una serie de retos para la industria ante la fragilidad del medio ambiente natural.

Conviene recordar que el Índice está compuesto por 14 variables (pilares) agrupadas en cuatro subíndices: entorno, condiciones de la política turística, infraestructura y dotación de recursos naturales y culturales.

Al paso del tiempo el Índice ha sido, al mismo tiempo cuestionado y apreciado, y aunque es evidente que tiene serias limitaciones como el hecho de que las personas privilegian la visita de destinos turísticos, más que la de países, no deja de ser una guía importante para la orientación de la política pública, en buena medida al estar al amparo de la marca de Davos.

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Para nuestro país hay buenas noticias, pero también grandes lecciones e innumerables tareas por atender. En primer término se debe reconocer el significativo avance de ocho posiciones en dos años, al situarse en el lugar 22 en la presente edición, lo que se magnifica si se tiene presente que en la edición 2013 México aparecía en el sitio 44. Por cierto, estos resultados son consistentes con el buen desempeño del turismo internacional a nuestro país de los últimos años, que de acuerdo con la información de la Organización Mundial del Turismo nos colocarán como el octavo país más visitado en 2016 y como el 14º con mayores ingresos (un avance anual de uno y dos peldaños, respectivamente).

La posición 22 en el ranking de competitividad turística está apuntalada, principalmente, por las ventajas en lo que se refiera al patrimonio natural y cultural; en este subíndice México aparece en sexto sitio, destacando el segundo lugar mundial en lo que se refiere, específicamente, a la riqueza natural y un sexto sitio en materia de declaratorias de patrimonio cultural de la humanidad. En contraste hay importantes retos en los pilares de seguridad (lugar 113) y sustentabilidad ambiental (sitio 116). De manera más específica llama la atención (aunque, lamentablemente, no haya sorpresas), el débil desempeño en rubros como el marco legal para el arreglo de disputas (111º), los costos para empezar nuevos negocios (100º), los costos de permisos de construcción (122º) y las tasas impositivas (115º); de igual forma, en materia de inseguridad destacan por su significado y cercanía con la cotidianidad, el pésimo desempeño en cuanto a la confiabilidad de los servicios policiales y los costos para los negocios por el crimen y la violencia (128º de 136 en ambos casos).

Como se mencionó de manera inicial, hay importantes lecciones para la política turística que se derivan del análisis del Índice y sus componentes; sin embargo, parece claro que las soluciones no se ven en la cancha de las instituciones públicas del Sector Turismo (fundamentalmente, la Secretaria de Turismo).

En todo caso, no parece que haya mucho margen para avanzar en un futuro en materia de competitividad turística, si es que el país y sus instituciones no cambian sustancialmente. La veta de reto y de esperanza está en el reconocimiento de que aunque la riqueza turística del país es enorme, en realidad el espacio turístico es reducido (90% de las llegadas de turistas internacionales por vía aérea se concentra en sólo cinco aeropuertos); en consecuencia la prioridad debería estar en el mejoramiento de las condiciones identificadas como mayores debilidades en esos espacios de la mano de las autoridades locales.

A final de cuentas, una vez más, la mayor interrogante atrás de los resultados de México que se reportarán en el futuro en el Índice es si, efectivamente, como se dice en el discurso, el turismo es una prioridad.

Director de la Facultad de Turismo y Gastronomíade la Universidad Anáhuac México.

Twitter: @fcomadrid