El pasado martes se publicó un desplegado dirigido al titular del Poder Ejecutivo, a un grupo de secretarios de Estado y a los senadores, en el que la Concanaco, el Consejo Nacional Empresarial Turístico, Canirac, Canaero, Canapat y, prácticamente, todas las asociaciones relevantes del sector turístico del país trasladan una serie de preguntas en torno a la minuta de la Ley Federal de Juegos con Apuesta y Sorteos, aprobada en la Cámara de Diputados en diciembre de 2014.

Algunas de las interrogantes planteadas son durísimos cuestionamientos sobre un tema crítico para la sociedad, cuya discusión pareciera se ha querido conducir “rapidito y en lo oscurito”.

Dentro de ellas se incluyen las siguientes:

¿Existe alguna razón de fondo por las que los abajo firmantes no fuimos consultados en el proceso de confección de la Iniciativa?

¿Está México preparado para la autorización y proliferación de nuevos casinos, ante la delincuencia organizada, el lavado de dinero y la corrupción que se observa en nuestro entorno?

¿Qué sectores de la sociedad en particular, en la circunstancia actual del país, piden que haya más casinos?

¿Cuáles partidos políticos, autoridades y personas están impulsando esta Ley y cuáles son sus motivaciones e intereses?

Derivado de lo anterior, vale la pena destacar cuatro puntos:

1. Es claro que una de estas preguntas tiene una respuesta fácil, al menos parcialmente, luego que el PRI y el Partido Verde incluyeran en su agenda para el presente periodo legislativo en el Senado, la expedición (no el debate) de la citada Ley.

2. No parece aventurado pensar que la Minuta aprobada en San Lázaro, tiene vicios de origen pues contraviene la Ley de Cámaras al no haber consultado en su elaboración a esos organismos empresariales que son “órganos de consulta y colaboración del Estado”; de igual forma, si el turismo es una prioridad nacional como está establecido en la Ley General de Turismo, es sumamente extraño que la exposición de motivos de la minuta en cuestión no realiza ninguna consideración de fondo sobre el efecto de la instalación de casinos para la industria turística y sólo señala que “finalmente, las nuevas reglas, asimismo, permitirán crear una industria más atractiva que pueda funcionar también como impulso al turismo y en consecuencia a la actividad económica de nuestro país”. La ausencia de estudios de impacto al turismo y el suponer que en automático los casinos impulsaran a la actividad no parecen corresponder con la calificación legal de prioridad de la actividad turística; se debe agregar que la multicitada minuta falsea el hecho de que la iniciativa fue elaborada tomando en cuenta la opinión de la representatividad empresarial turística —lo desmiente, tajantemente, el desplegado— y también se miente al aseverar que la Universidad Anáhuac y la Escuela Superior de Turismo del IPN “…cuentan con carreras cuyos planes de estudio están enfocados a egresar profesionistas altamente capacitados para generar condiciones de juego responsable”.

3. La apertura de grandes casinos en destinos turísticos en operación supondría un duro golpe a la inversión establecida, mayoritariamente nacional, y provocaría, una guerra de tarifas hoteleras, en la que los grandes casinos con hotel estarían en condiciones de subsidiar los precios de dichas habitaciones, ya que sustituirían ingresos con los beneficios del juego. Adicionalmente, las condiciones de vulnerabilidad social de muchos destinos turísticos son un campo propicio para que proliferen las patologías sociales asociadas al juego, en detrimento de la calidad de los propios destinos.

4. Un cálculo mal realizado de quienes están atrás de la aprobación de casinos ha sido la respuesta empresarial, pues esta se está dando con gran vehemencia y con una unidad que no es frecuente en el sector turístico.

En conclusión, es imperativo obtener un acuerdo de las fuerzas políticas para que se suspenda la discusión legislativa hasta que no se cuente con una posición del sector turístico nacional y el de los principales destinos turísticos.

De manera complementaria a lo anterior, es urgente que se abra un amplio debate de carácter nacional sobre la conveniencia de promover un esquema de apertura irrestricta a los casinos, como el que se propone en el cuerpo de la Minuta aprobada.

Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac México.

Twitter: @fcomadrid

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