Más Información
Luego de que al paso del huracán ‘Odile’ Los Cabos viviera una grave afectación, hoy, a casi un año del suceso, el destino está de vuelta mostrando una notable capacidad de recuperación. Es de destacar que no solo la mayor parte de los 14,000 cuartos con que cuenta se encuentran en operación, sino que desde ahora mismo y en los próximos tres años verá la incorporación de unos 3,700 cuartos adicionales, cifra que, por tener una referencia, es más o menos similar a toda la oferta actual de Huatulco.
Al paso del tiempo Los Cabos se ha distinguido por contar con altos estándares en la calidad de su oferta, lo que el mercado identifica y está dispuesto a pagar; es de sobra reconocido que la tarifa hotelera más alta de los destinos turísticos es, precisamente, la que se tiene en Cabo, lo que debe ser puesto en contexto pues México sigue teniendo un gasto promedio bajo de 556 dólares (850 si solo se consideran los turistas no fronterizos), en contraste con países como España —1,003 dólares—, Canadá —1,055 dólares—, República Dominicana —1,098 dólares—, Tailandia —1,548 dólares— y Estados Unidos —2,369 dólares— (todas estas cifras corresponden al año 2014).
La perseverancia por mantener un producto excepcional ha rendido frutos y Los Cabos es un líder internacional en segmentos como la pesca deportiva, el golf y el mercado turístico residencial. Afortunadamente, y hay que decirlo, son pocos los jugadores que participan en el destino y que buscan la masificación con productos de baja calidad, privilegiando una visión cortoplacista.
Aunque el estado de Baja California Sur cuenta con muchos otros atractivos naturales, se debe reconocer y poner en su justa dimensión que, de acuerdo con información de la Secretaría de Turismo, casi el 90% de las pernoctaciones turísticas se quedan en Los Cabos.
A pesar de ello, como en muchas otras ocasiones, el turismo ha demostrado su capacidad para generar desarrollo y hoy, en una entidad que no tiene una actividad industrial significativa, ni al parecer muchas otras alternativas para salir adelante, es notable reconocer que si bien su Producto Interno Bruto es uno de los más bajos del país (número 29 en 2013 entre las entidades federativas), su PIB per cápita es el sexto más alto (incluso por arriba del otro estado eminentemente turístico —Quintana Roo—). De igual manera, es más que relevante que Baja California Sur sea el sexto estado con menor proporción de pobreza (30.3%), de acuerdo con las estimaciones recientes del Coneval.
Aunque no existen cifras oficiales que estimen el PIB turístico por entidad, considerando solo la contribución del componente de servicios de alojamiento y alimentación, Baja California Sur ocupa el segundo lugar nacional, y la misma posición en lo que respecta al porcentaje de personal ocupado en el sector servicios.
Tuve la fortuna de estar, la semana pasada por allá, y puedo confirmar que uno de los aspectos más sobresalientes de este singular destino turístico es la convicción de la mayoría de quienes allí invierten, de que el crecimiento debe darse en clave de sustentabilidad. La consideración no es menor en una industria que con frecuencia ha sido vista con desconfianza y en un sitio que por razones de su particular geografía enfrenta enormes retos ambientales. Por cierto, pensaría que esta visión a favor de la sustentabilidad incluye todas sus dimensiones.
El nuevo gobierno estatal que entrará en funciones en unas semanas, seguramente reconocerá todo lo anterior y si bien, razonablemente, tratará de diversificar la oferta hacia otras latitudes, seguramente dará una atención prioritaria a Los Cabos. No hay que olvidar el mal sabor que dejaron los gobiernos del PRD y la percepción de corruptelas —seguramente fundada en la realidad—, por parte de los gobiernos municipales en este importante destino turístico.
Los Cabos tiene todo para ser el destino emblemático del nuevo modelo de desarrollo turístico sustentable que necesita México.
Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac México Norte
Twitter: @fcomadrid
