Hemos escuchado en reiteradas ocasiones y proveniente de diferentes tribunas, la proclamación del turismo como una prioridad nacional. No obstante, este aserto repetido con independencia de colores partidistas, ya por el Ejecutivo y el legislativo, ya por el orden federal o local, con frecuencia pareciera más un lema discursivo que una realidad demostrada.

Aunque el turismo ha dado cabal muestra de su enorme contribución al desarrollo social y económica de México, la actividad turística, desafortunadamente, sigue padeciendo de infravaloración y consideración de que sucede por una suerte de generación espontánea

Algunos botones de muestra de las aportaciones que la industria turística realiza, en línea con los grandes desafíos nacionales y que no es ocioso repetir, son los 3.2 millones de empleos que genera de acuerdo con el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo, destacando que es el sector económico que más empleos proporciona a los jóvenes —en un país en el que se estima la existencia de unos 7 millones de ‘ninis’— y el segundo para mujeres —57% de quienes trabajan en turismo son mujeres, frente a una media nacional del 36.8%—; de igual manera es sobresaliente su efecto en la Balanza de Pagos, pues en tanto en el primer cuatrimestre del año, las Balanza Comercial, Petrolera y Manufacturera mantuvieron un saldo deficitario —2,286, 2,657 y 1,986 millones de dólares, respectivamente—, la Balanza Turística, una vez más y como sistemáticamente lo reporta, obtuvo un saldo superavitario —3,240 millones de dólares—.

Menos conocida, pero igualmente importante, es la contribución que el turismo realiza en aspectos vinculados con el combate a la pobreza, pues, por ejemplo, en un país en el que más del 70% de los municipios se estima permanecen en condiciones de marginación media, alta y muy alta, más del 70% de los municipios turísticos, tienen condiciones de marginación baja y muy baja, proporciones notables pueden ser reconocidas, también, en índices de rezago social, en tanto 45% de los municipios se sitúa en niveles medio, alto y muy alto de esta variable, en el caso de municipios turísticos se reduce hasta 11% y, por consiguiente, 89% de dichos municipios turísticos presenta índices de rezago social bajos y muy bajos.

Todo lo anterior viene a colación en los momentos en que se inicia la discusión del presupuesto federal en la modalidad definida por el Ejecutivo como ‘Base cero’, pues aunque la naturaleza del turismo supone que su fortalecimiento y dotación de infraestructuras proviene de múltiples agencias gubernamentales, tradicionalmente ha recibido asignaciones presupuestarias, más bien, reducidas. Así, en el Presupuesto de egresos de la Federación, aprobado por el Congreso para el 2015, el ramo presupuestario Turismo recibió 7,344.9 millones de pesos, lo que supone menos de dos milésimas partes del total presupuestal.

Si bien es probable que no sea adecuada una comparación directa, no deja de sorprender que el turismo representa el 8.7% del Producto Interno Bruto del país y que el gasto público en turismo es mucho más eficaz que en el sector agropecuario que recibe 12 veces más recursos presupuestales.

Vale la pena recordar, por otra parte, que si bien el turismo mexicano vive su mejor momento, particularmente en lo que se refiere a su componente internacional, en 2009 y 2010, las pérdidas acumuladas se estiman en al menos 12 mil millones de dólares. Al valorar las asignaciones para los próximos ejercicios presupuestales, tanto la Secretaría de Hacienda, como el poder legislativo deberán tomar en cuenta lo anterior, pero también la necesidad de que la Secretaría de Turismo sea capaz de cumplir con el mandato que el propio Congreso le dio en la Ley General del 2009 que, finalmente, ya tiene Reglamento para su aplicación. Por cierto, esta Ley —que imaginamos es de cumplimiento obligatorio— señala: “Los procesos que se generan por la materia turística son una actividad prioritaria nacional”. De igual manera, estos entes deberán entender que hoy cosechamos lo que sembramos en el pasado, pero que en el campo turístico habrá que sembrar para el futuro. Dicen que amistad que no se refleja en la nomina no es amistad de veras, pues prioridad que no se refleja en el presupuesto… no es prioridad de veras.

Twitter: @fcomadrid

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