Más Información
EU encabeza solicitudes de asilo, informa OCDE; Venezuela, Colombia y Siria los países con más peticiones
Revocan prisión preventiva a Murillo Landeros por caso Segalmex; juez le impone nuevas restricciones
FOTOS: Aseguran narcolaboratorio del CJNG en límites de Michoacán y Jalisco; no hay detenidos, informan
Diputados declaran constitucional reformas que crean súper secretaría de Harfuch y protección animal; turnan al Senado y al Ejecutivo
¿Fue mano de Miguel Samudio? Esa jugada en la que se marca penalti en contra del América a los 86 minutos y que el colombiano Edwin Cardona aprovechó para anotar el gol que calificó a los Rayados de Monterrey a la final del Torneo Clausura 2016, es muy apretada, difícil, dudosa, polémica y controvertida.
Si el árbitro Roberto García Orozco, que estaba cerca de la acción y de frente y la marcó sin dudas ni titubeos, es porque seguramente así la vio y señaló la pena máxima inmediatamente, sin vacilaciones, ante las protestas de los jugadores americanistas.
Esta polémica acción marcó el final del emocionante partido entre regios y Águilas y provocó que mucha gente tenga dudas y se siga preguntando si el balón que centró Cardona por la banda izquierda realmente le pegó en el brazo o en el hombro derecho al paraguayo Samudio. Ninguna de las imágenes disponibles muestran con claridad el punto exacto donde se produjo el contacto y prevalece la interrogante: ¿fue mano o no?
Ante esta circunstancia que marcó el resultado final del partido, quedara la disyuntiva ¿Monterrey es justo finalista o América fue eliminado injustamente?
Lo que queda claro e inobjetable es que los dos equipos ofrecieron un partido memorable, de alta calidad técnica, emocionante, electrizante, intenso e interesante de principio a fin. Los Rayados mostraron su gran poderío al ataque, la fuerza de su ofensiva que en 48 minutos ya había remontado la desventaja de 1-0 del partido de ida. La posibilidad de anotar goles siempre estuvo presente con la delantera más contundente del torneo. Definitivamente Funes Mori, Sánchez, Cardona, Pabón y compañía siempre fueron peligrosos.
El América tuvo capacidad de reacción, su espíritu combativo jamás sucumbió, peleó hasta el último instante, con dignidad y vergüenza deportiva, con juego vertical y lances vertiginosos para tratar de superar a la zaga rival. A balón parado, con la potencia, buen toque y tino del ecuatoriano Arroyo, tuvo su mayor fortaleza y puso en jaque a su exigente rival. Sambueza, Andrade, Oswaldo Martínez, Quintero, Peralta y todo el arsenal americanista mostraron su capacidad y vocación ofensiva.
Rayados y Águilas ofrecieron el mejor partido del campeonato. Los regios son dignos finalistas, pero los azulcrema también lo habrían sido en medio de la polémica. En el punto donde no hay controversia y confluye la unanimidad es que con este partido ganó el futbol-espectáculo.
ecamarenar@tdnsports.com