Aquella noche del 28 de agosto de 2004, el kazajo Gennady Golovkin perdía la final de peso medio en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de Atenas ante el ruso Gaydarbek Gaydarbekov.

Pese a la derrota 28-18 dejó una magnífica impresión en el Centro Olímpico Peristeri, por su gran calidad técnica, velocidad de manos, astucia, combatividad y precisión, a tal grado que muchos pensamos que los jueces habían sido injustos al contar y registrar los golpes en sus puntuaciones. Y coincidíamos en que el joven de 22 años nacido en Karagandá, Kazajistán, había merecido la victoria; aquella vez Golovkin ganó, aún perdiendo en la final olímpica.

Sus números en el boxeo de aficionados son impresionantes; 345 triunfos y solamente cinco derrotas.

A once años de distancia, Gennaddy Golovkin es hoy uno de los mejores boxeadores del mundo, su carrera en el boxeo profesional ha sido a una velocidad vertiginosa, como sus poderosas combinaciones de golpes para vencer a sus rivales.

Comenzó a pelear profesionalmente a los 24 años de edad, el 6 de mayo de 2006 al derrotar al húngaro Gabor Balogh por nocaut en un round, en Dusseldorf, Alemania y en sólo seis años se ubica en la élite del pugilismo mundial.

El triunfo que obtuvo sobre el canadiense David Lemieux por nocaut en ocho rounds el sábado anterior en el Madison de Nueva York, confirma la extraordinaria calidad que el kazajo posee.

Golovkin le propinó severa paliza a su oponente, lo dominó claramente desde el primer round, hizo gala de un amplio repertorio de golpes, jabs, rectos de izquierda y derecha, ganchos y combinaciones letales que terminaron por noquearlo de manera contundente en el octavo episodio. Iba ganando todos los rounds, los tres jueces marcaron 70-62 en sus puntuaciones.

Golovkin pelea como mexicano. Su estilo combativo y agresivo, su habilidad para mover la cintura y atacar haciendo “bending” para evitar que lo conecten sus rivales y la variedad de golpes que ejecuta son de manufactura mexicana. El tijuanense Abel Sánchez, quien lo entrena desde hace cinco años, le enseñó todo eso al boxeador kazajo y ha sabido explotar sus magníficas cualidades, para convertirlo en uno de los mejores del orbe.

Cuando Sánchez comenzó a entrenar con Golovkin le mostró un video de la pelea entre Julio César Chávez y Edwin Rosario y le prometió que si trabajaba con absoluta dedicación en tres años y daba todo, iba a convertirlo en un Julio César Chávez.

Será muy difícil ver a un boxeador tan completo, espectacular y contundente como el gran campeón mexicano, pero lo cierto es que las enseñanzas de Abel Sánchez han dado los resultados previstos y ‘Triple G’ es un pugilista que posee sello mexicano, es atractivo y muy comercial.

ecamarenar@tdnsports.com

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