En la séptima fecha de la Liga MX hay muchos momentos agradables para destacar, independientemente de gustos y preferencias por algún equipo. El claro triunfo de las Chivas sobre el América —con autoridad— en el Clásico Nacional, el despertar de los Tigres en Veracruz, que volvió a mostrar el poder ofensivo de los felinos, la victoria categórica del Monterrey sobre Pachuca, en duelo de pesos pesados, el paso firme y sostenido de Toluca, que venció a Morelia en tierras purépechas. Para resaltar también el triunfo holgado del Querétaro frente al Necaxa; las impactantes reacciones del León para empatarle al Santos y de los Pumas para igualar ante Xolos de Tijuana, en Ciudad Universitaria, y el contundente triunfo del Puebla sobre Chiapas, en duelo fraterno en La Angelópolis.
Sucesos notables en la Liga que se han visto opacados por la violencia en el estadio del Veracruz, tras la derrota de los escualos ante el conjunto que dirige Ricardo “Tuca” Ferretti.
Las imágenes captadas por las cámaras son claras y contundentes. Se enfrentaron en la tribuna dos grupos de pseudoaficionados plenamente identificados que, lamentablemente, son respaldados —y hasta apoyados— por las directivas de los equipos en cuestión.
No han aprendido que pierden mucho al apoyar a estos grupos vandálicos, que asumen poses de barristas del futbol argentino y generan violencia, convirtiendo las gradas en un sitio de batalla, peligroso para los verdaderos aficionados.
¡Qué pena! Y qué coraje da que se haya permitido en nuestro futbol el surgimiento de las barras. “Porque el aficionado mexicano es frío para apoyar”, fue el argumento que dio Andrés Fassi, según se supo, para crear la barra “Ultra Tuza”. ¡Qué atrevimiento! Y ahí están las lamentables consecuencias. Se formaron “barristas” con privilegios y poderes para hacer desmanes en los estadios, con la complicidad de los clubes y la pasividad y tibieza de la Liga para obligar a directivos a erradicarlos.
¿Y ahora cómo van a proceder? La Comisión Disciplinaria de la Femexfut ha abierto una investigación de oficio. Ojalá se sancione con dureza y se castigue a los involucrados en estos hechos. Y lo más importante: que ahora sí se empiece a trabajar y se tomen decisiones definitivas para desaparecer a las barras. La Liga y los clubes no deben negociar con delincuentes.
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***Cartón: MOSKABROWN