Quisiera que a partir de hoy comencemos a construir un mejor país, todos sin excepción, en todos los ámbitos y en todos los niveles y cada uno en la parte que nos corresponde.

Comienza el Año Nuevo y es muy difícil sustraerse de los buenos deseos y propósitos y de los compromisos propios que tenemos.

Se vale soñar...

Sí, desde luego, quisiera que el deporte mexicano pudiera explotar todo el potencial que tiene y que los jóvenes talentos florecieran para triunfar en el mundo, como resultado de un exitoso proyecto de trabajo, y no a pesar de la mala planeación, lucha de intereses, derroche de recursos y los conflictos entre directivos que prevalecen desde hace tanto tiempo, como volvió a manifestarse en los pasados Juegos Olímpicos.

Pese a todas las adversidades que frenan el desarrollo de nuestro deporte, México obtuvo cinco medallas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, con María del Rosario Espinoza, plata en taekwondo; Germán Sánchez, plata en clavados; Guadalupe González, plata en caminata; Ismael Hernández, bronce en pentatlón moderno y Misael Rodríguez, ganador de la presea de bronce en el boxeo. ¡Cuánto más se lograría en mejores condiciones, con más apoyo, mejores esquemas de trabajo y mejores dirigentes! El éxito debería ser la constante y no la excepción.

Se vale soñar...

Pero, cómo pretender tales resultados en el alto rendimiento si la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) no ha cumplido con su más elemental y principal misión de la activación física en la sociedad. Datos de la UNICEF indican que “Actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos.

Problema que está presente no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en población en edad preescolar”.

Aquellos tiempos en los que los niños podían jugar en las calles, parques y jardines en las ciudades y zonas rurales son solamente recuerdos anecdóticos. La inseguridad en el país no lo permite ahora y las nuevas generaciones han cambiado el balón, los patines o la bicicleta por los videojuegos, convirtiendo a la televisión “en el miembro más importante de la familia”, parafraseando al escritor Eduardo Galeano.

Quisiera que a partir de hoy nuestras calles y ciudades nos fueran devueltas, con la seguridad de poder transitarlas y disfrutarlas al erradicar por completo la inseguridad.

Quisiera que el deporte mexicano alcanzara máxima vitalidad y crecimiento como consecuencia de que nuestro país en conjunto superó sus problemas más graves y ha encontrado el sendero de la paz y la prosperidad.

Se vale soñar...

ecamarenar@tdnsports.com

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