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El gol anotado por Jesús Manuel “Tecatito” Corona ante Venezuela fue extraordinario, de gran calidad técnica, con el pie derecho hizo todo, se quitó a cinco rivales en un palmo de terreno y definió con potente disparo para vencer al guardameta venezolano Daniel Hernández.
Un gol de bella realización y perfecta ejecución, de crack, que le permitió a México empatar a un gol a once minutos del final, avanzar como primer lugar en el Grupo C y evitar en la siguiente fase al poderoso equipo de Argentina, líder del Grupo D.
¿Y ahora qué? ¿Corona será titular en el siguiente partido? ¿O continuará la rotación de jugadores en la Selección Mexicana?
Para el entrenador Juan Carlos Osorio “la rotación es una forma de vida”, así volvió a mencionarlo en la conferencia de prensa al final del encuentro ante la escuadra Vino Tinto.
¿Una forma de vida? Esta frase del colombiano, tan subjetiva, parece muy pretenciosa y demasiado extensiva. Cualquier sistema de trabajo que se pone en práctica en el deporte es respetable, y si da resultados debe ser, pero equipararlo con una forma de vida es exagerado y suena a justificar una obsesión.
El gol de Corona salvó el partido que parecía perdido, con amplio dominio mexicano, pero estéril y sin contundencia. Es lógico imaginar que “Tecatito” pueda preguntarse: ¿Voy a jugar el siguiente partido?, ¿qué tengo qué hacer para jugar el próximo encuentro?, ¿fue suficiente lo que hice ante Venezuela para ser titular?
Para Juan Carlos Osorio no hay titulares en sus equipos, sino jugadores “influyentes”, parece una cuestión de semántica, nada más.
El punto es que con tantos cambios de jugadores y en algunos casos hasta de posiciones, la Selección Nacional no ha logrado dominar todavía un sistema de juego, no hay pleno entendimiento, falta acoplamiento y surgen dudas entre los jugadores en sus movimientos, sincronización y hasta en sus funciones, por las modificaciones en el “parado” defensivo, con línea de tres o con cuatro zagueros y en la media cancha y el ataque.
Los resultados hoy le dan la razón a Osorio, sólo triunfos y un empate. Pero el juego colectivo no ha prevalecido, ha sido intermitente, han emergido las individualidades, la indiscutible calidad de los jugadores para sacar adelante los partidos.
Si Juan Carlos Osorio está convencido de la “rotación” y los resultados le asisten como hasta ahora, tendré que decir “mis respetos, me equivoqué y su fórmula es la mejor”. Mientras tanto, genera dudas el funcionamiento de la Selección, en la víspera de los cuartos de final, a eliminación directa.
En la imagen: en la Selección Nacional no hay,
hasta ahora, titulares
ecamarenar@tdnsports.com