Las Chivas han tocado fondo, afirmó su director técnico Matías Almeyda, tras la derrota del domingo pasado ante el León en el estadio Omnilife, con gran preocupación por el resultado adverso y la reacción del público tapatío que abucheó al equipo.

No hacía falta perder contra la escuadra Esmeralda para darse cuenta de esa cruda realidad. El Guadalajara no muestra juego de conjunto, se equivoca más de lo que acierta, en defensa y ataque. Comete errores graves en todas las zonas de la cancha y falla tantos pases —en la progresión de líneas— que llega muy desarticulado cuando se acerca a la portería rival.

Las Chivas han tocado fondo, sí pero desde hace mucho tiempo. Desde el momento en que se cambiaron proyectos repentinamente y con pocos o nulos argumentos quitaron a entrenadores, directores deportivos y presidentes.

El Guadalajara ha tocado fondo desde tiempo atrás, porque no hay claridad en lo que se hace, se han modificado constantemente planes de trabajo y han desfilado entrenadores y “directivos” tan distintos, tan desemejantes, con ideas y principios futbolísticos tan dispares, que han perdido el rumbo de lo que realmente pretenden.

Jorge Vergara ha dado muestras de desconocimiento e ignorancia en torno del manejo de un equipo de futbol, de gran importancia y alta presión, y muchas de sus decisiones radicales y hasta insólitas han sido negativas. Su soberbia le ha impedido observar y darse cuenta que el Guadalajara está en crisis desde hace más de dos años y esto se refleja claramente en sus frecuentes ausencias en la Liguilla y en su ubicación en la parte baja de la tabla de cocientes: suma 100 puntos en 91 partidos. Su odiado rival deportivo, el América, por ejemplo, le lleva 161 unidades en ese renglón. ¡Gran diferencia!

Las Chivas han tocado fondo porque muchos de sus jugadores están en una zona de conformismo, que les impide desarrollar su mejor futbol; algunos parecen “aburguesados” y corren lo mínimo que se le exige a un profesional, otros están “agrandados” y parecen tener sus pensamientos en otro sitio lejano a Verde Valle, su cancha de entrenamientos. El equipo no muestra espíritu combativo ni garra y la entrega es a cuenta gotas.

Su entrenador ha sido incapaz de darle al conjunto regularidad y consistencia. Parece que se le acabó el discurso a Matías Almeyda y que la obtención del Torneo de Copa fue perjudicial en lugar de ser un incentivo y una motivación. Nos fuimos con la finta y nos equivocamos quienes pensamos que el panorama cambiaría para las Chivas y que la tendencia era hacia arriba.

Sí, las Chivas han tocado fondo, pero desde hace tiempo. El Guadalajara no gana en partido oficial de la Liga desde el 11 de noviembre, cuando venció al Atlas 1-0 en el estadio Jalisco. La crisis comenzó desde el último partido del torneo anterior, cuando Santos Laguna los venció 3-0.

ecamarenar@tdnsports.com

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