¿Qué les pareció, estimados lectores de El Gran Diario de México, el partido Honduras vs. México, jugado ayer en el Olímpico de San Pedro Sula, rumbo a Rusia 2018?
Los porristas de la Selección tendrán la oportunidad de sacar las matracas, de festejar que luego de más de 22 años de no traer los tres puntos desde tierras catrachas se hizo la hombrada, que lo importante es el resultado, que Juan Carlos Osorio es un genio, que al timonel colombiano le resultaron los sustitutos, que el ‘Tecatito’ le cambió la cara al partido, que fueron dos golazos, que así estaba planeado, primero desgastar al rival para luego rematarlo... ¡Quiero creerles!
En lo personal, pienso que se trató de un encuentro malo en donde a los nuestros les bastaron un par de pinceladas de futbol para liquidarlo.
De los hondureños podemos decir que no traían nada o mejor dicho, casi nada, porque la verdad sea dicha se despacharon con la cuchara grande repartiendo candela bien y bonito. Aunque en el recuento de los daños, la diferencia no fue tan grande; toda vez que, los de la ‘H’ terminaron cometiendo 22 faltas por 17 de los nuestros.
En mi opinión, el desempeño del Tri fue muy rústico, con muy poca calidad, sin variantes, fabricando escasas oportunidades de gol y (con el sello de la casa) fallando frente a la puerta abierta.
El 11 inicial enviado al terreno de juego por Osorio, me pareció irracional. ¿Cómo es posible que juegues con 4 defensas centrales frente a un rival tan limitado?
Quizá lo mejor del encuentro fue el gol de la quiniela, en un destello individual del ‘Tecatito’ (y no en una jugada elaborada), prendiendo el balón de volea para incrustarlo lejos del alcance del cancerbero centroamericano ¡Golazo! El de Jürgen Damm fue bueno, pero para mi gusto, contó con la colaboración del portero.
El silbante John Pitti no tuvo alguna jugada importante que desafiara sus capacidades, y la cuarteta panameña no utilizó las tradicionales diademas intercomunicadoras. ¿No les podrán prestar unas?
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