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Al enterarme de las designaciones arbitrales para la jornada 14 del Apertura 2015 en el balompié mexicano, casi me da un infarto.
Me parece incomprensible que, luego del desastroso trabajo realizado por Roberto García Orozco en el León vs. Pumas, celebrado el pasado sábado en el Nou Camp, lo hayan “premiado” para pitar el Clásico Tapatío; digo... ¿de qué se trata?
En un futbol sin memoria, bueno sería recordar que hace aproximadamente un año, los nazarenos tricolores armaron revuelo, amenazando con irse a la huelga si no les cumplían su pliego petitorio (elegante manera de llamar a sus caprichitos)
Según esto, solicitaban un trato digno, mejores salarios y sobre todo, que la emblemática figura de “el doctor” regresara para dirigir los destinos de los hombres de negro.
La verdad sea dicha, no sé cómo les esté yendo con aquello de los dineros. Lo que sí puedo asegurar es que aquello de recibir un trato digno no se los han cumplido, tal y como lo demuestra el hecho de que recientemente, Oswaldito Martínez, mediocampista americanista, declarara, cuando los de Coapa mordieron el polvo contra Tigres y recibieron dos expulsiones, que “el accionar del árbitro César Arturo Ramos Palazuelos había sido ratonero”, para que sus peyorativas palabras fueran cubiertas con el manto de la impunidad. Sin mencionar que los insultos de los futbolistas hacia su persona se han vuelto cotidianos, y ahora hasta los jalonean.
Igualmente, el flamante presidente de la H. Comisión de Árbitros, Héctor González Iñárritu, afirmó que “los silbantes deben facilitar el juego y dejar contentos a los equipos”. ¡Uy, qué tratamiento tan digno!
Pero regresando al caso que hoy nos ocupa, es decir, la designación de Roberto García Orozco para el Atlas vs. Chivas, bueno sería recordar que fue uno de los jueces que encabezaron el golpe de estado, disfrazado de pliego petitorio.
Lo peor, no es solamente que no lo hayan sancionado por su mal trabajo; sino que lo hayan “premiado” al designarlo al partido más atractivo de la jornada. Lo que viene a confirmar la teoría “briziana” del... conflicto de intereses.
ebrizio@hotmail.com