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Hace algunos días en un partido copero (Atlante vs. Pachuca) celebrado en Cancún, en el vestidor, los futbolistas Tuzos emitieron sonidos de simio burlándose del cuarto oficial del encuentro… Carta abierta al árbitro Adalid Maganda.
Aunque esta penosa situación ha sido negada y minimizada por la directiva tuza, la cúpula arbitral y las autoridades federativas, cada vez es más evidente, desde mi óptica, que indudablemente existieron esas burlas discriminatorias en tu contra por parte de los futbolistas del Club Pachuca. En el improbable caso de que dichas acusaciones fueran falsas ¿Por qué no has salido a la palestra a dar una declaración que los exonere? Digo, dejar crecer la “bola de nieve” a sabiendas de que nada ocurrió, sería un acto incalificable de cobardía.
Siempre he afirmado que los silbantes deben poseer varias virtudes y cualidades, entre las cuales destacan: el valor civil, la honestidad y la dignidad; lamento decir que ni tú (como cuarto oficial) ni el árbitro central (que consultó con la superioridad la conveniencia o no, de asentar los hechos en la cédula) ni los asistentes de línea, las poseen.
“La vida se lució poniendo ante ti un caramelo”, para que te convirtieras en paladín de la defensa en contra de la discriminación y la intolerancia, denunciando en tiempo y forma a tus agresores; en cambio, preferiste agachar el testuz, volviéndote cómplice y comparsa. Te aseguro que, si hubieras tenido el valor de acusarlos, muchas personas e instituciones hubiéramos acudido en tu defensa y hubieras ganado una especie de fuero o inmunidad, en la que nadie se atrevería a atentar contra aquel que sufrió los ataques. Hubieras hecho historia y seguramente no te faltarían oportunidades, ya sea en tu carrera arbitral o en cualquier actividad a la que dedicaras tu vida, porque siempre habrá un lugar para la gente valiente y digna.
¿Qué vas a hacer cuando alguno de tus hijos, que seguramente serán morenos al igual que tú, te platique que sufrió algún acto racista o fue víctima de discriminación? ¿Cómo vas a pedirle que se defienda si tú no fuiste capaz de hacerlo? ¿Crees que quienes ahora te exigen silencio te van a apoyar en tu carrera arbitral? ¿No te parece que hipotecar tu dignidad, es un precio muy alto? Con su permiso, estimados lectores me permito escribir esta… Carta abierta al árbitro Adalid Maganda.
ebrizio@hotmail.com