“Voy a contarles un corrido muy mentado, lo que ha pasado allí en la hacienda de Coapa…”

Cansados de los malos resultados, se le encomendó a Ricardo Peláez la reestructuración del equipo. Trajo al ‘Piojo’, ganaron el título y todo era miel sobre hojuelas; tanto así, que los dueños del balón se llevaron al “dúo dinámico” a la Selección, con la encomienda de lograr en la última llamada frente a Australia la ansiada calificación y una vez obtenida, hacer el mejor papel posible en la Copa del Mundo Brasil 2014.

Cuentan las lenguas de doble filo que una vez instalados en el país amazónico, empezaron las diferencias; de modo que, una noche como cualquiera, Ricardo le insistía a todos (al consorte de la liendre, Justino, González Iñárritu y compañía) que se acercaran a cenar, ahí en el hotel, ante la nula respuesta, decidió consumir los sagrados alimentos en soledad, para luego de pasadita en el lobby, dar las buenas noches y subirse a dormir a su habitación.

En cuanto lo vieron desparecer, todos jubilosos abandonaron la concentración, para irse a cenar en un restaurante de postín, sin contar que Ricardo ¡Los estaba espiando!... y bueno, ya pa’ qué les cuento.

Peláez regresó al Nido; pero esta vez con Tony Mohamed como timonel, para de nueva cuenta ceñirse la corona; sin embargo, la relación entre ambos personajes se desgastó; tanto así que, para Ripley ¡Cesaron al técnico que les dio el título!

Y fue así como, Gustavo Matosas, luego de romper el contrato vigente que tenía con el León, pretextando que extrañaba a sus hijos y que regresaría a Uruguay, terminó dirigiendo a las Águilas. Pero poco le duró el gusto. A pesar de que obtuvo la ‘Concachampions’ y con ella el boleto al Mundial de Clubes ¡También fue despedido!

Las mismísimas lenguas de doble filo afirman que las intervenciones constantes del directivo en cuestiones tácticas, al igual que ocurrió con los otros, terminó por desgastar la relación.

Por eso a nadie debería de sorprender que ahora traiga a un personaje que fue un futbolista ejemplar y de excelencia (pero que como estratega, no ha logrado dar el do de pecho) no para manejarlo a su antojo, sino, para orientarlo y compartir sus experiencias en beneficio de la institución. ¡Cuidado! Si también se pelea con Ambriz, le van a llamar… el sin amigos.

ebrizio@hotmail.com

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