El sábado 14 de noviembre apenas horas después de los atentados que sacudieron a Francia y al mundo, dos periodistas de la estación de radio France Inter entrevistaban a Jean Pierre Filiu, buscaban respuestas a lo incomprensible con el más conocido especialista en el mundo árabe de Francia. El profesor, autor de La Revolución Árabe, Las fronteras de la Jihad, El Apocalipsis en el Islam, entre otros, se escucha muy afectado y les recuerda a los periodistas que lleva meses advirtiendo que esto iba a ocurrir y que nadie lo escuchó.
Fragmentos de la entrevista. (1)
—¿Por qué esta serie de atentados?
—Hay momentos en que un intelectual lamenta haberlo dicho y predicho, sin haber podido hacer nada para evitarlo, (…) era totalmente previsible, la pregunta no era si iba a ocurrir, sino cuándo iba a ocurrir.
—¿Y por qué era previsible?
—No es una cuestión de Francia, estamos ante una amenaza mundial que se llama Estado Islámico. La amenaza es global y le tocó a Francia por una cuestión de oportunidad, es terrible decirlo, pero es la realidad. Pudo haber sucedido en alguno de los países vecinos.
Y no hace falta que nos perdamos en debates sobre si estamos ante una cuestión de libertad de expresión como fue el caso de Charlie Hebdo, o si se trata de un asunto de antisemitismo como en el caso del atentado al Hypermarche (París, enero 2015, atentado contra un supermercado de la comunidad judía). No se trata ahora de discutir si buscaban golpear justamente un concierto de música norteamericano. No, simplemente buscaron provocar la mayor cantidad de muertos.
—¿Paga Francia por su política exterior?
—Discúlpenme, y con todo el respeto del mundo, pero ¡dejemos de hacerle el juego a los terroristas! De todas maneras nos van a golpear. La cuestión es tener una política que nos permita anticipar el golpe que planean asestarnos.
Continuamente integramos su razonamiento. Hay que ubicarlo por lo que son, es decir unos bárbaros. Y que se definen respecto a nosotros no por lo que hacemos, sino por lo que somos. Lo que quieren, y lo digo simplemente y con un inmenso dolor, son represalias. Lo que quieren es que hoy en París y en Francia matemos musulmanes. Quieren provocar una guerra civil en Francia.
Y las imágenes de la carnicería de ayer son imágenes de guerra, pero no hay que equivocarse, no es un ejército, no son comandos, son criminales. Y por eso hay que ser muy cuidadosos con la forma en que respondemos a este desafío terrorista en términos judiciales y políticos.
—¿Qué tienen en las cabeza estas personas que puedan actuar tan salvajemente? ¿Qué quieren?
—Otra vez hay que entender que si proyectamos nuestras categorías sobre ellos no vamos a entender nada. Ellos están en una lógica del fin de los tiempos. Están en un calendario apocalíptico, para ellos es el fin del mundo. Hay que saber que la entrada en la guerra en Siria de Putin ha acentuado, agravado, e intensificado esta angustia apocalíptica. Para ellos, literalmente, la cuenta atrás ha comenzado. De ahí la sangre fría absolutamente aterradora de los criminales que pasaron al acto ayer, porque para ellos de todos modos es el final.
—¿Vivimos un agravamiento, una escalada?
—Evidentemente. Y vuelvo a repetirlo, yo lo había dicho. Olvidamos muy rápido, creímos que después de Charlie y del Hypermarche se había terminado cuando sólo empezaba. Esto sólo empieza.
—¿La solución entonces no está en suelo francés? ¿Dónde está la solución?
—En Siria evidentemente (…).
Siria el gran productor de terroristas pero también de refugiados. Y todo eso ligado a un hombre que es Bashar Al-Asad. Efectivamente hay que luchar contra DAESH (acrónimo de Estado Islámico de Siria y el Levante en árabe) pero si como se ha hecho desde hace un año creemos que DAESH puede disociarse de la situación siria y de la cuestión del poder en Damasco entonces seguiremos teniendo estas carnicerías.
Le puedo decir que desde el principio de la ofensiva rusa cambiamos de nivel en lo que se refiere al reclutamiento, es una locura. La gente corrió a Siria y regresan corriendo de Siria. Pasamos a otro nivel y la única pregunta era saber ¿cuándo? Y bien, fue el 13 de noviembre y fue en Francia.
(1) Esta traducción se hizo sin la autorización del autor.