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Primer punto: Pareciera que de pronto a todos se les olvidó cómo es el futbol. Quienes hemos jugado este deporte sabemos que aunque seas un magnífico jugador o un equipo que funcione muy bien, a veces las cosas no saldrán como quieres. El mejor ejemplo se llama Lionel Messi.
Efectivamente, todos estamos de acuerdo en que la Selección Mexicana no ha estado jugando bien y que su desempeño ha sido muy pobre. Pero así es el futbol. Acaso alguien creerá que el ‘Piojo’ y sus jugadores se reúnen en el vestidor, forman un círculo y gritan, “¡Venga México, a jugar mal!” Habrá algún necio allá afuera que así lo crea.
Desafortunadamente, cuando un país se está cayendo a pedazos, como lo está México, buscamos en quien poner la responsabilidad de hacernos felices. Ojo, estos muchachos no tienen la culpa de nada.
Segundo punto: No hay una selección en el mundo más mediática que la nuestra. Jugadores, director técnico y hasta auxiliares, aparecen en un sin fin de comerciales. ¿Quién permite todo esto? Lo primero que piensa la gente es, “por supuesto que no pueden jugar bien si pierden tanto tiempo en tantos comerciales”.
Todos sabemos que los jugadores ganan muy, pero muy bien. De manera que, por qué esta ambición desmedida de ganarse un par de dólares más, en vez en de concentrarse por completo en su principal tarea. Y si son compromisos con patrocionadores, qué espera la Femexfut para poner una regla de acero en los contratos que acuerdan: “Ningún jugador o cuerpo técnico podrá participar en campañas comerciales”.
Tercer punto: México no ha podido concentrarse debidamente, no sólo porque pierden tanto tiempo como actores de comerciales, sino porque se han dejado presionar por los medios. La regla más importante que el mismo Miguel Herrera debería imponer a sus jugadores es prohibirles ver noticieros deportivos, programas de análisis, revistas, diarios o cualquier comentario referente a su desempeño. ¿Por qué? Por que lo que no sabes, no te puede hacer daño. Simple. Jugadores y técnicos son felices cuando se habla bien de ellos y sintonizan la televisión para ver una y mil veces la repetición de las buenas jugadas. Que no les quepa la menor duda, esos mismo medios los destrozarán cuando las cosas no salgan bien. Así que, “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Cuarto punto: Ahora resulta que somos paladines de la justicia y que debimos haber tirado el balón afuera cuando el árbitro se equivocó. El jugador Panameño cayó sobre el balón y el árbitro vio que lo tocó con la mano. Punto. Los jugadores no tienen una televisión en el campo. “¡Es una vergüenza!” Se aventuraron a decir algunos medios. No señores, vergüenza es que se ganen elecciones con trampas. Vergüenza es que desaparezcan 43 estudiantes y nadie sepa nada. Vergüenza es que tengamos fama de corruptos por unos cuantos pillos. Vergüenza es que los empresarios más ricos del país no paguen impuestos. En algún diario se llegó al exceso de poner en su portada, “Perdón Panamá”. Vaya ridiculez. Y pregunto: ¿algún diario Holandés utilizó alguna primera plana para pedirnos perdón por Robben? Cambio y fuera.
Twitter: @DemianBichirFC