El presidente Donald Trump está a poco de cumplir 100 días en la Casa Blanca y lo hará sin haber cumplido las promesas centrales de su campaña y a costa de arrebatarle el sueño americano a miles de latinos en nuestro país.
En sus primeros 100 días, el presidente ha roto las promesas centrales de su campaña: no ha hecho casi nada por proteger los empleos de los estadounidenses, falló en su intento de destruir la Ley de Cuidado Salud a Bajo Costo, no ha propuesto un plan para mejorar la infraestructura de Estados Unidos ni propuso un presupuesto con la intención de mejorar la calidad de vida de los estadounidenses, en especial de las personas de bajos ingresos.
Pero algo que el presidente Trump sí ha hecho es atacar a la comunidad inmigrante y a los refugiados en Estados Unidos. También intentó aprobar una ley de salud que hubiera dejado a millones de personas sin seguro médico y ha revertido el progreso de regulaciones para proteger a nuestro medio ambiente, todo esto mientras le otorga más poder a los interés especiales y a las corporaciones.
El candidato Trump se lanzó a la presidencia usando una retórica populista, pero el presidente Trump ha firmado órdenes ejecutivas que dejan claro que su prioridad es ayudar a los más adinerados y no a las familias trabajadoras.
Desde el inicio de su campaña, el candidato Trump declaró que si era electo tomaría acciones en contra de los inmigrantes en Estados Unidos y eso es exactamente lo que ha hecho como presidente. De hecho, esta es la única promesa que el presidente Trump ha cumplido, la de sembrar miedo y ansiedad entre la comunidad inmigrante.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) sostiene que sólo se están enfocando en criminales violentos pero la crueldad y ambigüedad de las órdenes ejecutivas abren la puerta a la oportunidad para la criminalización de grupo de personas pacíficas y trabajadoras.
Todos estamos de acuerdo en que los criminales violentos deben de ser deportados, pero la visión, política y fuerza de deportación del presidente Trump amenaza con arrestar a familias inmigrantes inocentes que contribuyen a nuestro país, comunidades y congregaciones, y que trabajan para alcanzar el sueño americano. Una política que criminaliza y ataca a las personas trabajadoras es inaceptable. También es un desperdicio de recursos limitados que lastima a nuestra economía y que no hace nada para mantener a nuestro país seguro.
Durante los mismos 100 días, los demócratas hemos luchado para mantener en pie la Ley de Cuidado de Salud y asegurarnos de que organizaciones como Planned Parenthood que proveen cuidados médicos esenciales y preventivos puedan seguir prestando sus servicios. Hemos alzado nuestras voces dentro y fuera del Congreso para dejar claro que no vamos a permitir que el presidente Trump construya un muro innecesario, insultante y caro en la frontera con México, y que lucharemos en contra de su fuerza de deportación.
Los demócratas en el Senado creemos que como país debemos de invertir nuestros recursos en crear empleos, reconstruir nuestra infraestructura, y no en separar a las familias estadounidenses, lastimar a nuestra niñez y lastimar a las economías locales.
Los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump están llenos de promesas rotas, errores, escándalos, insultos y de acciones éticamente dudosas. Esta administración ha puesto a prueba nuestra separación de poderes, ha atacado a nuestro sistema jurídico y ha tratado activamente de desacreditar a los medios de comunicación. Esta no es manera de gobernar.
Los demócratas en el Senado continuaremos protegiendo las políticas que benefician a la clase media, a la comunidad inmigrante y a los más necesitados. Seguimos vigilantes y firmes en nuestro compromiso de cumplir la promesa de esta gran nación, de proteger nuestra democracia, y mantener intacta la tradición de los Estados Unidos de darles la bienvenida a los inmigrantes que desean alcanzar el tan anhelado sueño americano.
Líder de la minoría demócrata en el Senado de EU