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Cuando el gobierno federal decidió encarcelar a Elba Esther Gordillo, la corrupta dirigente del sindicato de maestros, su amigo Carlos Romero Deschamps, corrupto dirigente del sindicato de petroleros, entendió el mensaje:
Buscó de inmediato al entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya, y se cuadró. Gordillo había retado al presidente Peña Nieto y a su reforma educativa. Romero mandó de inmediato el mensaje de que para la reforma energética, contaban con él. Y cumplió: sus trabajadores no respingaron.
Quizá por eso perdonaron al senador Romero. Porque su escandalosa riqueza lo tenía en la mira del entonces gobierno entrante de Peña Nieto. Caída Gordillo, Romero era el principal símbolo de impunidad, un jugoso objetivo político cuyo encarcelamiento permitiría al gobierno presumir del combate a la corrupción. Luego dejó de ser relevante porque las denuncias escalaron hasta la casa presidencial.
¿Estará de nuevo en la mira? Tuve acceso a informes de inteligencia del gabinete de seguridad federal. Indican que el sindicato que comanda Romero Deschamps y la CTM, bajo la batuta de Carlos Aceves del Olmo, dos pilares del PRI aunque enemigos entre ellos, fueron también causantes del caos en diciembre-enero por el gasolinazo y el desabasto de combustibles.
Aceves lo habría hecho en venganza porque la Secretaría del Trabajo federal autorizó, para el nuevo aeropuerto capitalino, doscientos nuevos permisos de transportistas, un negocio que solía estar reservado para la CTM. Y Romero, porque la apertura en el mercado de las gasolinas golpea su casi monopolio de las pipas distribuidoras.
El caso más fundamentado de este señalamiento tiene su sede en Mexicali. Cuando habían pasado los saqueos en protesta por el gasolinazo, cuando ya se habían desactivado los bloqueos a instalaciones de Pemex, cuando todo parecía encaminado a una solución, el sindicato de Pemex ejerció una “operación tortuga” para que demorara aún más el restablecimiento del abasto:
Las pipas de Pemex —que controla el sindicato— se negaron a salir de las plantas a distribuir la gasolina con el argumento de que era inseguro, aun cuando serían custodiadas por dos patrullas de la Policía Federal, una adelante y una atrás. Según mis fuentes, hubo llamadas de alto nivel a Romero Deschamps para que sus empleados cooperaran… y nada, al grado que las autoridades empezaron a contratar choferes externos para que manejaran las pipas. La lenta maquinaria comenzó a moverse cuando sintieron esta amenaza de ser remplazados.
SACIAMORBOS. 1.— Ayer le conté que la investigación oficial sobre la corrupción Pemex-Odebrecht busca al funcionario que habría recibido 10 millones de dólares, y tiene varios nombres. Tal vez haya que agregar el de Alejandro Martínez Sibaja, ex director de Pemex Gas.
2.— Cambios en el PRI. José Murat llega a la CNOP (¿le siguen pagando que prestó su casa para el Pacto por México?), Hilda Flores al ONMPRI (¿recompensa porque no quedó de candidata al gobierno de Coahuila?) y Claudia Ruiz Massieu a la Secretaría General (¿consolación tras su salida de la Cancillería?).
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