Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra frente tiene catorce acepciones. La primera es “la parte superior de la cara, comprendida entre una y otra sien, y desde encima de los ojos hasta que empieza la vuelta del cráneo” y la quinta es “coalición de partidos políticos, organizaciones…”

Desde hace meses, con las elecciones francesas y del Estado de México, los políticos, politólogos y “comentócratas” han perfilado como una posibilidad para las elecciones federales del año entrante que se conformará un frente amplio de oposición al candidato del gobierno a la presidencia, para lograr la alternancia partidista, nuevamente, en Los Pinos.

Las alianzas son variopintas, es decir, que pueden ir de la combinación de varios colores hasta lo aberrante. Esto último se califica según el cristal con que se mire y el interés que se persiga. Lo consignado en la prensa es que hubo un acercamiento de los dirigentes del PAN y del PRD para deslizar la idea en la opinión pública y esto generó cierta oposición al interior de esas organizaciones políticas, principalmente, proveniente de los seguidores de los pre-candidatos que no serían elegibles en una alianza amplia de la derecha con las izquierdas.

El frente recurrente de los últimos años PRI-PVEM parece descomponerse con la declaración del liderazgo colegiado de ese partido en el sentido de que los verdes están revisando la posibilidad de no aliarse con el tricolor, sin que esto signifique una ruptura con el Presidente Peña Nieto, ni una incorporación al frente amplio democrático de oposición al gobierno y a Morena y el PT.

La efervescencia por las alianzas llegó a las encuestas. Las empresas ya miden a los candidatos independientes encabezando frentes en proceso de construcción. Bajo la premisa que lo ideológico puede pasar a un segundo plano si hay acuerdo en líneas mínimas de gobierno y administración que posibilite la coalición gubernamental, los cuadros de los partidos políticos buscan aglutinarse para obtener por lo menos un tercio del electorado.

El tiempo es breve para lograr acuerdos y el ejercicio unipersonal del Poder Ejecutivo dificulta el camino para lograr frentes electorales en razón a que la integración del gobierno de coalición es una facultad discrecional de quien resulte electo y depende de la mayoría con la que se integre el próximo Senado de la República. Hipotéticamente puede suceder y es factible que una alianza de partidos obtenga la Presidencia y otra la mayoría legislativa.

Las condiciones están dadas para que haya un reacomodo de fuerzas políticas y los ataques a los políticos por el cambio de camiseta o las alianzas “contra natura” proliferarán debido a que no hay una mayoría electoral estable y el porcentaje de indecisos o los no militantes, ni simpatizantes de los partidos políticos es alto y estos grupos son los que inclinarán el fiel de la balanza. Otro elemento en este cultivo electoral para el 2018 es que cualquier candidato, sin o con trayectoria en organizaciones políticas formales, requiere de una estructura partidista para sostener una campaña triunfadora, que no es suficiente, pero si necesaria.

Algunos políticos pragmáticos conciben a los frentes como la única vía para lograr una alternancia que no sea favorable a Morena. Claramente la plantean como un antídoto a la continuidad del PRI en el gobierno y una forma de evitar el acceso de AMLO. Esta posición contrasta con quienes ven a sus partidos con fuerza y liderazgos suficientes para ganar la elección, sin la ayuda de otras organizaciones y prefieren la reafirmación de su identidad en la ciudadanía que obtener un triunfo compartido con bajas probabilidades de influir realmente en la integración del gabinete del candidato ganador.

En realidad, el riesgo fuerte es que los frentes se conviertan en frentazos -auténticos chascos- y el resultado final sea gobiernos de coalición endebles o poco representativos de los partidos que integren las coaliciones ganadoras. El juego ya está abierto y seguramente seremos testigos de las alianzas extrañas guiadas, solamente, por la conveniencia de obtener el mayor número de votos posibles.

Profesor de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Anáhuac del Norte
cmatutegonzalez@yahoo.com.mx

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses