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Aunque usted no lo crea, y ya va siendo hora de que nos acostumbremos a las decisiones locas e irresponsables de la Federación Mexicana de Futbol, y aunque parecería que quienes la dominan y manipulan han tocado fondo, los que seguimos la historia de nuestro futbol profesional desde hace más de 50 años, seguimos asombrándonos por la facilidad que tienen los dueños del balón de seguir manchando, lastimando, defraudando a este triste futbol mexicano.
Y dígame usted si no, con lo que le voy a comentar.
La Comisión Disciplinaria había sancionado con el veto de un partido al estadio de Monterrey por los acontecimientos extremadamente violentos (en la vuelta de cuartos de final ante Tigres), que todos vimos a través de la televisión.
Fue una bronca monumental, que además le dio la vuelta al mundo por las imágenes, que todos presenciamos. Después vino el castigo, pero ¡Oh sorpresa! Nos acabamos de enterar que una Comisión de Apelaciones, conformada por cuatro títeres a modo, le quitaron la sanción a los Rayados, cambiándola por una sanción económica. Esto, que podría ser normal, se convierte en un grandísimo escándalo, de los más graves y asquerosos que he escuchado en todos mis años como periodista deportivo.
Fíjese nada más, dos de los motivos y argumentos por los que esta comisión levantó el veto al estadio de Monterrey:
1. Porque la madriza y la violencia que todos vimos no había durado más de 2 minutos. Leyó usted bien, porque no duró más de 2 minutos. Con esto queda claro que la Liga muy X acepta la violencia siempre y cuando no rebase los 2 minutos, o sea, que si en esos 2 minutos hay heridos, lesionados de gravedad, pero no rebasaron los 2 minutos, no se considera agresión y violencia.
2. Porque no hubo heridos de gravedad, lo que quiere decir, que usted puede entrarle a la violencia siempre y cuando no haya heridos de gravedad (¿quién decide cuál es el nivel de gravedad?
Queda claro que mientras usted no rebase los 2 minutos de violencia y mientras para la opinión de la Federación no haya heridos de gravedad, están permitidos los golpes y violencia en las gradas de los estadios de México.
A partir de hoy se ha dado permiso a las barras y afición de golpearse, agredirse e insultarse, siempre y cuando cumplan con estos puntos. Esto, sienta un precedente gravísimo, porque de hoy en adelante, estos parámetros se manejarán en la Liga muy X y los aficionados se darán por enterado y van a hacer de la violencia, una arma letal. Se me hace muy delicado que Decio de María y el señor Enrique Bonilla, hayan permitido, aceptado, esta decisión de dicho comité.
Sus argumentos son una vergüenza. Sería bueno que algún dueño de un equipo con cinco centavos de dignidad y ética, saliera a quejarse públicamente por esta decisión, pero como se manejan al más puro estilo de la mafia (hoy por ti mañana por mí), esto no va a suceder. Lo lamento mucho por todos aquellos que resultaron seriamente heridos en aquella trifulca y por todos los heridos que de aquí en adelante veremos.
PD.— Pobre futbol mexicano, cada día más hundido en lodo y la deshonestidad.