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Dicen que cuando las cosas salen mal es cuando realmente se conoce a la gente y que en su afán por mejorar, tienen que ser lo más transparente posible. Este no es el caso del señor Juan Carlos Osorio, quien es un patán, algo que ya habíamos descubierto hace un año cuando Chile nos metió siete goles. Ahora, cuando las cosas aparentemente salían bien, el señor daba la cara como la dio tras la derrota porque no tuvo remedio y tuvo que confrontar a la prensa sólo para conocer al verdadero Osorios, un hombre lleno de excusas y contradicciones. Este es el Osorio que muchos no han querido ver, pero que ha sacado el cobre.