El mayor anhelo de un sociópata es trascender producto de sus acciones, y en el mismo sentido cualquier mercadólogo o estratega digital siempre busca que lo que sucede en la pantalla se traduzca en acciones fuera de línea, en el mundo real. Tristemente la combinación de ambas

El caso del potosino fanático de un video juego, que lo llevó a apuñalar a un sacerdote cuando terminaba misa en la Catedral de la Ciudad de México sucedió a la detención del creador del juego de la “Ballena Azul”, y apenas fue preámbulo de un nuevo escándalo mundial tristemente generado en nuestro país.

#LordNaziRuso fue la manera en la que los ciudadanos de Cancún nombraron a Aleksei Viktorovich Makeev, un ciudadano ruso, residente en México que se ganaba la vida insultando y vejando a sus vecinos. Sí, tristemente lo que anteriormente se consideraban transgresiones a las normas sociales y podían inclusive diagnosticarse como un trastorno antisocial de la personalidad, hoy se puede considerar un trabajo, y en muchas ocasiones muy bien remunerado. Son incontables los influenciadores que utilizan la agresión como un estilo de comedia, comenzó hace algunos años con programas donde “cómicos” grababan vejaciones a transeúntes o bromas telefónicas ofensivas, hoy podemos ver cómo “estrellas” de Youtube no son diferentes, pues utilizan lenguaje vulgar, incitan a la agresión o protagonizan bromas que ponen en riesgo a otras personas o que las denigran.

¿Cual es la diferencia entre #LordNaziRuso o los hermanos Jalal, los famosos bromistas australianos cuyos videos donde se disfrazan de árabes y arrojan mochilas creando psicosis por suponer los afectados que se trata de un a bomba?. Probablemente los millones de vistas y los ingresos por publicidad, mientras los Jalal promedian 1.2 millones de reproducciones por video, alcanzando algunos hasta 11 millones de vistas y cuentan con un canal con medio millón de suscriptores, lo cual según el sitio SocialBlade.com podría significar un ingreso máximo de 200 mil dólares anuales. Mientras que según la descripción del canal donde AlexTime subió su último video antes de ser linchado, este era el canal numero 11 debido a que YouTube los suspendía por denuncias de racismo de los usuarios, y todo hace suponer que el ruso no fue capaz de renovar su dominio alextime.ru que perdió hace unos meses y después de once años al parecer por no poder pagar una cantidad estimada de 200 dólares para renovarlo un año más.

La autocensura del usuario funcionando perfectamente, mientras que la autoridad mexicana omisa, como de costumbre. Decenas de menciones al ayuntamiento de Benito Juárez, Quintana Roo, y al Instituto Nacional de Migración antecedieron a la concentración a las afueras de la casa donde posteriormente fue asesinado un joven y casi linchado el ruso.

Si bien es común en países del primer mundo ver la actuación policial en transmitida en vivo, en esta ocasión fue posible atestiguar a través de una transmisión en Facebook Live la retirada de los elementos de la policía municipal mientras se orquestaba la agresión, con la turba y la indignación social en plena efervescencia.

De las más de 3 mil millones de interacciones totales originadas por #LordNaziRuso el 85.3% fueron en español, 7.5% en inglés y 3% en ruso. Más de 27 mil publicaciones se originaron en México, 9 mil 600 en España, 4 mil 100 en Estados Unidos y mil 300 en Rusia. Chile, Turquía, Argentina y otros 15 países contribuyeron con otras 6 mil.

Para ningún estratega digital serio es secreto que la polémica y la confrontación es la forma mas sencilla de crecer, tanto en conocimiento de marca, como en el número de seguidores, y por consecuencia en el nivel de influencia de una cuenta. Nada más atractivo para los tuiteros que ver a dos usuarios pelearse e insultarse, a veces muchos de estos pleitos son concertados para generar una transferencia de potenciales o seguidores.

Pero tanto en el mundo virtual como en el fuera de línea existe una constante: la violencia genera violencia; si las conductas reprobables son las que atentan contra la normalidad, y en aras del entretenimiento hemos normalizado la agresión, ¿cómo podemos condenar a generaciones que hacen de la diatriba un negocio cuando transitan de la agresión verbal a la física? ¿En qué es diferente el video del intento de linchamiento a los videos de las agresiones del ruso?, ¿en que está avalado por un grupo social en lugar de impulsado por un individuo?. La sociedad hiperconectada está generando nuevas normas sociales, códigos de convivencia y medidas de éxito: seamos prudentes en su manufactura.

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