Gran parte de lo que vivimos todos los mexicanos actualmente es resultado de la corrupción, de la opacidad, de la impunidad y de un claro y muy marcado desinterés de los gobernantes por el bienestar de la gente.
Uno de los más grandes errores de la presente y pasadas administraciones es querer mostrar una realidad mexicana en el extranjero que no se asemeja al país en el que estamos viviendo. Ante los ojos de mundo, México pretende mostrarse como un país avanzado en los ámbitos comercial, político, económico y social, cuando en casa estamos viviendo en crisis.
Sufrimos un desgaste en el tejido social, con casi la mitad de la población en condiciones de pobreza, cerca de 10% en pobreza extrema y un alza en los niveles de violencia que pone en duda la eficacia del Estado mexicano. Lo anterior es reflejo fehaciente de la incapacidad de los gobiernos por tratar de contener una problemática con las mismas acciones de siempre.
Es increíble que bajo estas desgarradoras condiciones existan casos de sinvergüenzas como el del prófugo gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte, quien utilizó su cargo para enriquecerse ilícitamente, con 3 mil 200 millones de pesos destinados a 212 municipios de la entidad. Un robo cínico a todas luces que dejó a millones de familias veracruzanas en la pobreza e incertidumbre, todo a través de una red de complicidad con funcionarios y prestanombres.
Lo que no ha terminado de entender el gobierno es que para dar solución a esta crisis es necesario tratar los problemas desde la raíz. Si no somos sensibles a la realidad de la gente y comenzamos a atender las necesidades más básicas de la población, como alimentación, educación, salud y empleos bien pagados, vamos a perpetuar y propiciar cada vez más violencia, pobreza y a condenar a niños y jóvenes a un presente y un futuro inciertos.
La sociedad está cargando una herencia de problemas que difícilmente vamos a poder solucionar si no abrimos las puertas del proceso político a los ciudadanos, a la transparencia y rendición de cuentas.
Necesitamos una sociedad más unida y participativa desde la base de la estructura gubernativa: los municipios, que son la representación más cercana que tiene la gente. Dejar sin aportaciones federales a los municipios implica dejarlos sin recursos y, por consecuencia, dejar a los ciudadanos sin salud, sin educación, sin seguridad e infraestructura.
Por ello, al interior del PRD nuestro trabajo y nuestras propuestas se centran en fortalecer a los gobiernos municipales, en atacar los problemas sociales desde su origen, en solicitar que por lo menos mil 700 millones de pesos destinados por la Secretaría de Hacienda este año a 40 alcaldías gobernadas por el PRD, 14 desfalcadas de Veracruz y 16 delegaciones de la Ciudad de México, lleguen por fin a su destino para el desarrollo regional y el fortalecimiento de la seguridad.
Refrendamos nuestro compromiso de que por todos los medios vamos a trabajar por promover cambios que generen bienestar a las familias, a través de más y mejores oportunidades de empleo, salud y seguridad social, para alcanzar un desarrollo igualitario.
Es necesario dar un gran salto para transformar la política mexicana en una que funcione, que dé resultados, pero sobre todo que responda. Tenemos que fortalecer las instituciones, que deberían de ser la estructura que sostenga a nuestro país. La ciudadanía merece un gobierno fuerte que proporcione una vida en paz, digna y de calidad. En el PRD seguiremos marcando el camino para un nuevo modelo de política y de gobierno, donde caben todos los que quieran aportar a favor de nuestro país. La clase política necesita urgentemente cerrar filas a favor de México.
Presidenta nacional del PRD.
@Ale_BarralesM
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