Nada mejor para maquillar los errores y las carencias que un triunfo. Esa es una práctica común en la era de Juan Carlos Osorio, quien continúa con sólo dos derrotas en este proceso, pero ha vuelto a mostrar que le cuestan trabajo los torneos importantes. Ya sucedió en la Copa América Centenario. Ayer, ante Nueva Zelanda, en el segundo juego de la Confederaciones, estuvo cerca de la derrota ante un equipo en teoría inferior. O no se sabe explicar o los jugadores no entienden el método, lo cierto es que en momentos importantes no ha demostrado ser más que un técnico que entrena bien.