Más Información
Extinción del Inai; Adrián Alcalá pide a legisladores garantizar protección de datos y acceso a información
FOTOS: "Estábamos abriendo la bodega cuando nos sacaron los militares"; trabajadores narran operativo en plaza de izazaga
“Vamos por todos los peces corruptos”; Raquel Buenrostro rinde protesta como secretaria de Función Pública
Taddei insiste a Morena que se necesitan 13 mmdp para elección judicial; acuerda revisar presupuesto de nueva cuenta
Este domingo los capitalinos tenemos una oportunidad anhelada por generaciones. Hoy elegiremos a 60 redactores de la primera constitución de la Ciudad de México. Mientras más ciudadanos salgamos a votar, más preciso será el mandato que reciban los constituyentes en cuanto a los contenidos que queremos plasmados en esa ley fundamental para la ciudad.
El momento no debe verse de manera aislada. Forma parte de una serie de eventos que se han suscitado en la ciudad desde fines del siglo pasado. La elección directa de jefe de Gobierno, asambleístas y jefes delegacionales y la ampliación de atribuciones para el Distrito Federal forman parte de un proceso descentralizador que encontró paralelismo en la democratización del país en su conjunto. En efecto, el autogobierno de la Ciudad de México estuvo siempre correlacionado con la transición democrática del país.
Pero el proceso descentralizador encontró en aquellas décadas un punto de difícil procesamiento político. Al ser el DF la sede de los Poderes de la Unión, muchos decisores nacionales consideraron adecuado seguir el modelo estadounidense, según el cual la capital de la Federación debe normarse por alguna Ley elaborada por representantes de todo el país (el Estatuto de Gobierno). En contrapartida, buena parte de los políticos locales han pugnado por imitar los modelos alemán o austriaco, según los cuales la capital de una federación sí puede tener una constitución propia —redactada por los propios capitalinos— siempre y cuando su diseño no ponga en riesgo la seguridad nacional.
Este año la partida se resolvió por la opción que más conviene a los capitalinos: tendremos una constitución propia. Su éxito depende del grado de involucramiento de la sociedad en su confección, así como de la nitidez con que los constituyentes logren captar las preferencias, valores y principios de quienes vivimos en esta ciudad.
Estando todo eso en juego, resulta preocupante el desinterés de algunos articulistas que se han pronunciado en contra del sufragio para esta elección.
1. Argumentan que la constitución de la CDMX es innecesaria porque no puede ir más allá de la Constitución federal. Tienen razón, de hecho tampoco puede contraponerse a los tratados internacionales de derechos humanos. No obstante, la norma de la ciudad sí puede expandir los derechos de los capitalinos. Esa es la razón por la que los oriundos de Nuevo León, Oaxaca, Nueva York, California, Quebec o Hamburgo tienen constituciones propias. La Ciudad de México puede tener un proyecto de ciudad propio que nos distinga de otras maneras de pensar.
2. Otros dicen que la constitución CDMX no servirá para resolver los principales problemas de la ciudad. Lo cierto es que, además de reconocer derechos, las constituciones pueden definir instituciones, la relaciones entre éstas y los principios que rigen las relaciones con otras entidades (coordinación metropolitana). En esa medida la constitución de la ciudad sí puede ser un basamento eficaz para el despliegue de políticas públicas.
3. Algunos dicen desconocer las propuestas de los candidatos. Además de presentarse en los portales del INE e IEDF, éstas se discuten en portales como votoinformadocdmx y yodecidodf. El canal del INE en Youtube presenta los 6 foros de ideas entre candidatos.
4. Hay quienes se pronuncian en contra de las listas cerradas y bloqueadas de candidaturas que presentaron los partidos. En México, como en España, Argentina y Uruguay son los partidos los que definen quiénes ocuparán los primeros lugares de las listas. La norma les exigió alternar hombres y mujeres y presentar candidaturas jóvenes e indígenas en los primeros diez lugares. El menú considera también 21 candidaturas independientes.
5. Se critica que el proyecto no sea sometido a referéndum. Me incluyo entre quienes creen que aquel instrumento incrementaría la legitimidad de la constitución de la CDMX. Nada impide al constituyente electo someter su proyecto al escrutinio del voto ciudadano.
Un nuevo derecho se abre paso entre los capitalinos. A esta generación la historia le reconoció el derecho de proponer la norma que guiará su andar en el largo plazo. ¡No desperdiciemos esa oportunidad! ¡Dotémoslo de contenido a través del sufragio! Esta grandiosa ciudad bien lo vale.
Consejero electoral del IEDF.
@yuribeltranm