Texto y fotos actuales: Hugo Santos Gallagher y Fernando Molina

Diseño Web:

Miguel Ángel Garnica

Aunque la semana pasada se celebró el jueves de Corpus Cristi no queremos dejar de recordar los orígenes de esta antigua tradición que va desapareciendo entre las nuevas generaciones. Desde la Edad Media y año con año la comunidad cristiana celebra el Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) festejo de la iglesia católica que tiene lugar 60 días después del domingo de resurrección, por lo que la fecha de su conmemoración es variable y depende del inicio de la Semana Santa.

Con esta fiesta se recuerda el sacramento de la Eucaristía; es decir, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en alusión a la última cena cuando, según lo escrito en la Biblia, Jesucristo dijo que se le recordara compartiendo el pan y el vino que representaban su cuerpo y su sangre que serían entregados para el perdón de los pecados.

En el centro de la capital de la época colonial la costumbre era hacer una solemne procesión en donde participaban los jerarcas de la Iglesia. Los niños se disfrazaban de inditos, había vendimia de frutas de la estación y de las entonces famosas mulitas hechas de hojas de maíz y otros materiales como hojas de plátano o cerámica. Hoy, esta tradición tiende a desaparecer al menos en la capital, pues ya no vemos grandes procesiones y de las mulitas ya se vende muy poco, pues las nuevas generaciones ya ni las conocen.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Niños disfrazados de pastores en conmemoración del jueves de Corpus Christi. EL UNIVERSAL ILUSTRADO 1919.

Estas figuras pareciera que cargan flores o frutos y su tamaño varía. Por lo regular están a la venta en las calles sólo una semana de junio de cada año y las podemos encontrar afuera de las iglesias o de las estaciones del metro.

En el escrito de 1921 titulado: “Las fiestas de Corpus” de Don Fernán de Sánchez publicado en EL UNIVERSAL ILUSTRADO ya se afirmaba que la fiesta era una de las que más había perdido su “antiguo esplendor” en México. “No queda ni un lejano reflejo de aquellos días de holgorio y esparcimiento en que las que se solazaran nuestros antepasados… de esta solemnidad que trae recuerdos tristes a la gente anciana, hoy no tenemos más que una sencillísima procesión dentro de las iglesias, y en lo profano los puestos que se levantan en la plaza (zócalo) y en los que se venden curiosas mulitas de palma cargadas de flores, además de las sabrosas y abundantes frutas de la estación.

La tradición de Corpus Cristi en la capital de los años 20
 

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Escenas de principios del siglo XX del jueves de Corpus publicadas en EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1918.

En España aún era muy concurrida la procesión de ese día –narra el texto–. La primera procesión en México ocurrió en 1538, y el mismo texto cita que de ella el padre Motolinía escribió: “merece ser memorada porque creo que si en ella se hallan el papa y el emperador con sus cortes, holgaran mucho de verla y puesto que no había ricas joyas, ni brocados, había otros aderezos tan de ver, en especial de flores y rosas”.

En tiempo de la Colonia y con el aumento de la población la fiesta alcanzó mayor esplendor y en el siglo XVIII y principios del XIX lo tuvo aún más. Cuentan los cronistas que ese día, todos se ataviaban de prendas nuevas, “siendo soberbios los trajes de las damas nobles y caballeros”.

En el texto del ILUISTRADO se lee que don Antonio García Cubas refiere que en su tiempo aún se veían en esa mañana cruzar por todas partes a las modistillas y a los sastres llevando a entregar las prendas que ese día se estrenarían. Todo el día era de fiesta pero la principal era la procesión.

El escrito refiere que las calles por donde pasaría dicha procesión eran adornadas con hermosas y pulidas colgaduras con festones, gallardetes y flores. Los brocados y cortinajes más ricos adornaban los balcones. Un toldo de enramadas cubierto de lienzo, que cubría todo el camino por donde pasaría la procesión, era mandado a hacer a los indios de las cercanías. “Aún pueden verse en la calle de Tacuba –refiere– las argollas incrustadas en las paredes que servían para sostener este toldo a la altura de los balcones”.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Un toldo de enramadas cubierto de lienzo marcaba el camino por donde pasaba la solemne procesión del jueves de Corpus, en el centro histórico en tiempos de la Colonia. Ilustración publicada en EL UNIVERSAL ILUSTRADO de junio de 1921.

El escrito narra que la guardia formaba una valla y a las 9:30 de la mañana luego de la solemne misa iniciaba el sacro-profano desfile. Era suntuoso. Abría la marcha un grupo de alabarderos y tras de ellos en estricto orden las dignidades eclesiásticas. Todo el día era de fiesta, pero la principal era la procesión. Las familias que vivían por donde pasaba el desfile religioso, “muy principales todas ellas”, recibían visitas de sus amistades todo el día y adornaban sus balcones de forma “magnífica”.

Incluso el texto de EL UNIVERSAL ILUSTRADO ya afirmaba que después del virreinato el jueves de Corpus Cristi había ido perdiendo popularidad: “Hecha la Independencia, la procesión del Corpus siguió haciéndose con la misma pompa…En tiempos del Archiduque Maximiliano se hacía grandiosa, efectuándose el año de 1866 la última procesión que salió a la calle. Desde entonces ha ido decayendo hasta llegar a pasar casi inadvertido ese día. Nuestras grandes fiestas religiosas desfallecen, se acaban”.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

El pasado jueves 15 de junio, a un costado de la Catedral Metrópolitana, artesanos

ofrecieron "mulitas" de todos los tamaños. Foto: Cuartoscuro.

EL UNIVERSAL se dio a la tarea de buscar a los vendedores de mulitas en diferentes lugares de la ciudad. La señora Eulalia, de 58 años, vendió mulitas desde las ocho de la mañana afuera de la parroquia de San Agustín en la colonia Polanco entre las avenidas Horacio y Homero. “Llevo 10 años elaborando estos burritos, los hago de hoja de tamal y unicel, me lleva como media hora hacer uno. Los que me enseñaron fueron mis abuelos”.

La elaboración y venta
 

El precio de las mulitas que vende la señora Eulalia varía por el tamaño. Van desde los 10 pesos, que son las más pequeñas hasta 80 pesos las grandes, o bien, vende dos pequeñas por 15 pesos.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Foto de una mulita de hoja de maíz, elaborada con hilo rojo y verde y bolitas de unicel, su tamaño con todo y la palma que sobresale de su lomo es del doble de un dedal de plástico.

Este precio difiere del que ofrece Cesar González de 47 años, quien se encuentra a un costado de la Parroquia San Gabriel Arcángel sobre la Calzada México-Tacuba. “Yo llevo 7 años, lo cual no es mucho, pero mi familia ya lleva un buen de tiempo, están hechas de la hoja del maíz, pero yo no las hago, de eso se encarga mi suegra, quien me las da para venderlas, ella las hace como en 5 minutos”.

Cesar González ofrece las mulitas pequeñas a cinco pesos, las medianas a 25 y las grandes a 50 pesos. Él afirma que antes había más vendedores pero los ambulantes que se instalan en los alrededores de la iglesia de Tacuba les han quitado espacio. Esta zona se caracteriza por el extenso ambulantaje que incluso tapa los muros de la iglesia y ha cubierto las entradas del metro Tacuba.

Otra situación es la que vive la señora Rosa, quien vende mulitas afuera de la iglesia de San Hipólito en la esquina de avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma, zona que se caracteriza por la amplia venta de artículos religiosos. “No llevo mucho dedicándome a esto, yo no los hago, a mí me los dan hechos y ya, aunque viene mucha gente aquí la venta ha estado lenta, ahorita he vendido 40 pesos”.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Mulitas de hoja de maíz al fondo. La mayor en primer plano está hecha de hoja de plátano.

En el corazón de la capital a un costado de la Catedral Metropolitana se concentran varios vendedores de mulitas. Margarita Méndez lleva 45 años vendiendo mulitas, ella ha diversificado sus materiales llegando a tener una oferta mucho más variada, aunque sabe que tradicionalmente se elaboran con hoja de maíz. Además de las clásicas mulitas, las cuales ofrece a 3 x 10 pesos las pequeñas, a 15 las medianas y a 20 las grandes, también agrega la mula de hoja de plátano que sólo hace en tamaño grande y cuesta 100 pesos.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

La señora Margarita quien lleva 45 años vendiendo mulitas afirma que este año la venta de mulitas fue escasa.

También vende mulas de cerámica, la mediana a 50 pesos y la grande a 100, las cuales están pintadas con el color café simulando el pelaje de este animal y guacales en los costados del lomo con diferentes frutas, también hechas de cerámica y pintadas según sus colores naturales.

Aunque están en diferentes puntos de la ciudad y cotizados en distintos precios, el material usado es el mismo y los elementos que las adornan escasamente varía. Sin embargo, los entrevistados afirman que la venta en general de la semana de este año fue escasa, aún el día clave, el mismo jueves de corpus, que este año se celebró el 15 de junio.

Cesar González afirma que mucha gente toma el Día de las Mulas como broma porque también se celebra el día de los Manueles y otros dicen que es una ofrenda a Dios.

¿Por qué una mula?
 

Pero el portal Catholic.net dice que la tradicional mulita se remonta a 1526 cuando en la Catedral Metropolitana daba inicio la celebración de la eucaristía con una procesión en donde el arzobispo llevaba consigo las hostias benditas y era escoltado por la elite virreinal y el ejército. Miles de campesinos venían de lejos con mulas cargadas de frutos y demás cosechas para ofrecerlas a Dios. Paisaje que fue aprovechado por artesanos y comerciantes para elaborar las mulitas que hoy seguimos viendo. Actualmente estas son usadas como adorno para colocarse en la ropa con un alfiler o en la casa.

Por otro lado, el nombre de Manuel es altamente referenciado en esta fecha ya que muchos de estos burritos son nombrados así en tono de broma, pero hay otras fuentes como el portal Caminocatolico.org que afirman se debe a Manuel Gonzáles, quien era un apóstol español devoto al sacramento de la eucaristía.

Otros portales religiosos como Chatolic.net difunden que la tradición se debe a un hombre llamado Ignacio que tenía dudas acerca de su vocación de sacerdote. Él estaba celebrando el Jueves de Corpus y al pasar frente al santísimo sacramento, afirmó: “Si Dios estuviera ahí, hasta las mulas se arrodillarían” y para su sorpresa una mula se arrodilló ante sus ojos. El hombre lo tomó como una señal y dedicó su vida a repartir la eucaristía o comunión. A raíz de ese momento estas figuras representan el hecho de que incluso hasta las mulas se arrodillan ante el cuerpo y la sangre de Cristo.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Las mulitas de cerámica con guacales a los lados del lomo son parte de la variedad que ha adquirido esta tradición.

Los entrevistados afirman que en los últimos años la venta de mulitas ha caído debido a que cada vez más gente ya no es tan devota, especialmente los jóvenes, y que en su mayoría los que siguen esta tradición ya es gente mayor. “Los jóvenes ya traen otra mentalidad, ya están más clavados en tecnología y en otras cosas y las tradiciones pasan de lado”, comentó la señora Rosa. Aunque también dicen que la economía tiene que ver con la poca demanda.


La caída de las ventas y de la tradición
 

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Señora Justina Rayón, vendedora de mulitas en avenida Juárez y Reforma.

Los vendedores han reportado un bajo ingreso de capital a su trabajo. “Si vendo 100 pesos ya es ganancia, toda esta semana ha estado muy flojo, espero que más tarde pueda vender más, ya que no he vendido nada”, comenta Eulalia.

Margarita expresó que antes de que fuera obligada a vender a un costado de la catedral ganaba entre 600 y mil pesos, pero desde que no vende en las calles vio bajar sus ganancias y que actualmente 200 pesos ya es lo máximo que aspira obtener. Todos los vendedores coinciden, pues hace años podían ofrecer sus artesanías en todas las calles que rodean al Zócalo, pero sus ganancias bajaron considerablemente desde que representantes del gobierno capitalino los forzaron a vender sólo a un costado de la Catedral Metropolitana.

“El gobierno del DF nos quitó de las calles (del centro) y ahí estábamos mejor porque vendíamos más. Ahorita nos ven en las calles y nos multan y es como si lo que vine a ganar lo gastara en la multa”, asegura Margarita. Dice que lo que no se vende este año, se guarda para el siguiente. Mientras tanto debe buscar otra forma de llevar dinero a casa.

El actual gobierno capitalino se ha caracterizado por la reordenación e incluso retiro del ambulantaje sobre todo en el centro capitalino, tanto en la calle como en el transporte público. Las multas por el comercio informal varían entre los 200 y los 300 pesos o 24 horas de detención, según datos de la columna de EL UNIVERSAL ‘Las cuotas del ambulantaje’ del 24 de agosto del 2016.

El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido
El jueves de Corpus, celebración católica rumbo al olvido

Las mulitas de hoja de maíz de tamaño mediano también se usan como adorno para el auto.

La señora Eulalia dijo que la ganancia en promedio de este año fue de 80 pesos diarios, pero que si la situación sigue así, es decir, las ventas bajas y las autoridades erradicándolos y multándolos como lo declaran ellos mismos, lo que queda de esta tradición anual de jueves de corpus podría desaparecer.

Fotos antiguas:

EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1918, 1919 y 1921.

Fuentes:

Catholic.net.; Caminocatolico.org, EL UNIVERSAL ‘Las Cuotas del ambulantaje’ del 24 de agosto del 2016. EL UNIVERSAL ILUSTRADO 1921: Las fiestas de Corpus.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses