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Texto y foto actual: Mauricio Mejía Castillo
Diseño Web: Miguel Ángel Garnica
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La moda no era del todo el motivo principal. EL UNIVERSAL ILUSTRADO informó, el 24 de septiembre de aquel año que según la recomendación del doctor Leonard Hill, miembro del Instituto Británico de Investigaciones Médicas, para la buena salud de los caballeros se hacía necesario el uso de pantalones a la rodilla.
Hill aseguraba que las piernas deberían quedar descubiertas para recibir los rayos ultra violeta “necesarios para una buena salud”. Por lo mismo, también aconsejaba “desterrar los cuellos altos”.
El semanario confiaba en las opiniones de médico pues decía: “ha examinado a todos los ciudadanos del Reino Unido -los más orgullosos del mundo- y ha descubierto que las mujeres que usan blusas abiertas son las que tienen mejor formado el cuello, como de cisne o de gacela, y por consiguiente son las únicas capaces de inspirar a los ensayistas y a los poetas”.
Dos modas marcaron la tercera década del siglo XX mexicano: la falda a la pantorrilla en las mujeres y el pantalón “balloon” (abombado) en los hombres. La primera, causaba la sensación de los caballeros cuando quién la portaba subía los escalones de tranvía; la segunda, que según el redactor del ILUSTRADO, ningún gran hombre hubiera sido capaz de usarlo.
Así pues, por las calles de la Ciudad de México se esperaban ver grupos de hombres (algunos ya maduros) asemejarse a grupos infantiles. Durante la primera mitad del siglo pasado los pantaloncillos cortos eran usados por los niños hasta que los vellos de las piernas comenzaban a aparecer.
El ILUSTRADO presagiaba: “en las reuniones elegantes, predominará la higiene a la hora del té; los chóferes irán más cómodos con la nueva moda; al subir al automóvil, la línea de la pantorrilla será más elegante”. En aquel México de Obregón, se valía idealizar todo lo que estuviera por venir.
Al tomar el camión, al pasear por la Alameda o por Madero y aún en la pista de baile de charlestón, los caballeros mostrarían despreocupadamente sus pantorrillas apenas cubiertas por los calcetines.
EL UNIVERSAL realizó un sondeo para conocer la opinión pública actual sobre esta propuesta. Marijo Núñez, estudiante de preparatoria, opina que la moda le gusta, “más aun sabiendo que da un beneficio para la salud, creo que los hombres no se ven mal. Pero en la actualidad no me la imagino porque ahora las tendencias han cambiado y la mentalidad de las personas es muy cerrada e influenciada por los estereotipos de mujer con falda y hombres con pantalones largos. Si alguien lo usara ahora yo creo que sería calificado como afeminado, independientemente de los beneficios que le dé para la salud”.
Para Enrique Ortega, de 53 años, la moda de los pantalones cortos le resulta graciosa y, dice, no se los pondría como no fuera en la playa. A Nicolás Gutiérrez, de 30 años, por su parte, le resulta bastante atractiva esta tendencia. Él sí se los pondría sobre todo cuando hace calor.
Diana Lomelí, estudiante, dice que no le gusta mucho. “Pero creo que es una idea muy liberal, como la moda que está saliendo de free the nipple que incita a las mujeres a mostrar sus pechos sin ser algo sexoso”.
EL artículo de EL UNIVERSAL ILUSTARDO concluye sencillamente: “desde el punto de vista estético, no cabe duda que son preferibles los pantalones largos”.
Fuente: EL UNIVERSAL ILUSTRADO, El pantalón corto, la próxima moda. Sondeo.
Fotos: EL UNIVERSAL ILUSTRADO.