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En la noche de Año Nuevo es común ver una serie de rituales que la gente hace para atraer la buena suerte. Desde las típicas 12 uvas en las copas, alguna sidra rosada para el brindis e incluso que en el menú haya lentejas o una escoba cerca para barrer “las malas vibras” o una maleta para poder “viajar” el año entrante, al dar las doce campanadas.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

Pero habrá que preguntarse, ¿cómo nacen todos estos ritos? Inclusive, ¿cómo nace la tradición de celebrar el Año Nuevo? Las antiguas civilizaciones, como los babilonios, celebraban la entrada del año nuevo en el mes de marzo porque simbolizaba el comienzo de la primavera, el tiempo de los nuevos cultivos.

Sin embargo, fueron los romanos quienes comenzaron a celebrar el año nuevo en enero, creando el calendario juliano. El 1 de enero era dedicado al dios Jano que se consideraba la deidad “de las puertas, los comienzos y los finales. Poseía dos caras: una que miraba hacia adelante y una que miraba hacia atrás”. Pero fue hasta en 1582 que el papa Gregorio XIII consolidó el calendario que prevalece hasta nuestros días, dejando el 1 de enero como el inicio de un nuevo año.

Esto trajo consigo una serie de rituales que son realizados durante el  31 de diciembre para que el año nuevo esté lleno de buenos deseos en nuestras vidas. Una de las tradiciones más arraigadas y más conocidas alrededor del mundo es la de las 12 uvas. La costumbre dicta que se deben de comer 12 uvas al ritmo de cada campanada, a las 12 de la noche, representando los deseos que se esperan se realicen para cada mes que conforman cada año.

Existen varios mitos sobre el surgimiento de esta costumbre, una de las más aceptadas es que se originó en España. Se cuenta que en la nochevieja de 1909 unos viticultores alicantinos habían tenido una excelente cosecha y necesitaban desprenderse del excedente de uva.  Buscando qué hacer con su producto, encontraron a un empresario al que se le ocurrió la idea de venderlo al por mayor inventando el rito de tomar las “uvas de la suerte” y funcionó. Se popularizó a tal grado que sigue vigente hasta nuestros días.

Otra costumbre muy popular es la de regalar ropa interior color roja y amarilla para el amor y el dinero, respectivamente. El origen de esta tradición se remonta a la Edad Media, época en la que el color rojo estaba prohibido por ser símbolo de brujería. Pero en invierno cuando todo parecía estar muerto por las heladas, el rojo se convertía en símbolo de sangre y vida por lo que se creía que atraía la buena suerte.

Al estar vedado este color, el pueblo optó por ocultarlo dentro de sus ropas, quedando de esta forma la tradición establecida hasta nuestros días. En varias partes del mundo, la ropa interior roja es igual a la buena suerte en general, en otras partes como en México es para el amor y la amarilla para la fortuna.

Variadas costumbres en el mundo

Alrededor del mundo hay otras formas muy distintas de celebrar la entrada de un nuevo año. Por ejemplo, en Dinamarca se estrellan platos contra las puertas de los vecinos y amigos en señal de buena suerte. En Grecia, la primera persona que entre a la casa el primero de enero debe ser alguien dichoso y de buena voluntad, por lo que generalmente se elige a un niño que estrelle una granada contra el suelo en señal de fortuna. En Estados Unidos se acostumbran dar un beso a la medianoche para que no falte el amor y en Suiza se tira helado al piso para la buena suerte.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

México: El año nuevo y sus rituales

México también tiene sus propios rituales de Año Nuevo. En el artículo “El año nuevo de antaño” publicado en EL UNIVERSAL ILUSTRADO del 27 de diciembre de 1923 se explicaban diferentes rituales realizados en distintos períodos históricos. Según Abante Clavijero, los antiguos mexicanos añadían cinco días al último mes del año llamados “nemontemi” los cuales se empleaban exclusivamente en “cambiar ceremoniosas visitas con sus amistades”.

Sin embargo, el códice Tovar, el cual contiene la información detallada sobre los ritos y ceremonias aztecas, enuncia que estas fechas eran totalmente contrarias a lo que Clavijero dice. Se les consideraban días peligrosos, incluso se les nombraba “cinco días de mala suerte o inútiles”, y la gente debía quedarse en sus casas, ni siquiera debían cocinar para evitar atraer la atención de los espíritus desfavorables.

No obstante, el rito cambiaba cuando era cambio de siglo. “El fuego se apagaba en los templos y el temor de que se acabara el mundo, con la cuarta edad, les hacía romper las vasijas y darse a la angustia, hasta que el fuego renovado en el cerro de la Estrella (en donde actualmente se celebra la representación de la pasión de Cristo en Iztapalapa) hiciera nacer el primer año del siglo nuevo”.

Tras la conquista se iniciaron nuevas ceremonias de año nuevo. Comenzó a celebrarse la noche de San Silvestre, que fue el primer Papa en ser canonizado, sin haber pasado por el martirio, murió el 31 de diciembre del año 335. Este día se empleaba para darle “gracias a Dios” y ya en el año nuevo se daban abrazos y presentes.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

En la época del historiador y escritor Antonio García Cubas (1832-1912) se realizaba una “Rifa de santos” que, según el propio literato, se efectuaba de la siguiente manera: “Depositábanse en una ánfora celudillas de papel, en cada una de las cuales constaba el nombre de un santo. Las jóvenes, tan vivarachas y alegres en la Rifa de los compadres y en los demás actos (posadas, navidad y santos inocentes), mostraban, al verificar la de los santos, la mayor seriedad y compostura, impulsadas por un acto de verdadera devoción.

En tanto que de aquella ánfora iban sacándose una por una las mencionadas cedulillas, de otra ánfora salían de la misma manera aquellas en que se habían escrito los nombres de las personas, las que debían consagrar especial devoción, durante el año, a los santos que respectivamente les había tocado en suerte.

Los nombres de los santos que nunca faltaban en las celudillas eran los de San Francisco de Paula por casamentero y Santa Rita por allanadora de imposibles, licencia que las jóvenes se tomaban sin desdoro de su devoción, pues hay que convenir que estaban en su derecho en procurarse tan buenos abogados para salir abantes en los asuntos que más pudieran interesarles”.

Los rituales de Año Nuevo hoy

Actualmente, son varios los rituales existentes para recibir el año nuevo. Entre los más populares es el borreguito. Según el ritual, se tiene que colocar el 1 de enero un borrego de juguete detrás de la puerta para que el dinero nunca falte. “La gente lo busca mucho para recibir el año”, nos comparte en entrevista Aidee Martínez que tiene un puesto exclusivamente de estos objetos en el mercado de Sonora.

“Este negocio era de mi mamá, yo llevo alrededor de 16 años. En un día llego a vender entre 400 y 500 piezas”, comenta mientras “prepara” uno de los borreguitos. “Lo que hago para prepararlos es ponerles semillas de la abundancia (que contiene arroz, maíz, avena, linaza, mostaza, chícharo y semilla de girasol) rosearle un spay de coco para atraer el dinero y colocarle un billetito falso dentro de la cajita”.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

“Se regalan el 24 de diciembre para colocarlas el 31 de diciembre detrás de la puerta a las 12 a.m. o a las 12 p.m., ya que a esas horas el cielo está más tranquilo para recibir plegarias. A la persona que se lo regalas tiene que pedirle a tres personas diferentes una moneda. Cuando se las den las tiene que lavar y las coloca en el borreguito en forma de triángulo. Cuando lo cuelgue en la puerta, el animalito tiene que estar viendo adentro de la casa”, dice Aidee al preguntarle sobre el ritual que debe llevar el borrego.

En tanto Margarita Velasco, locataria del mercado de Sonora dedicado a “lo espiritual” desde hace 53 años, nos comenta en entrevista con EL UNIVERSAL que ella lo que más vende son inciensos, velas, veladoras y todo lo que sea “luz”. Además explica que las ventas han bajado “A comparación de otros años nos ha ido muy mal, las ventas han caído hasta un 50%, esto empezó apenas hace como tres años, aunque la gente mayor sigue frecuentando los puestos”.

Por otra parte, hay rituales que tienen un fuerte vínculo con la religión como es el caso de “las canastas navideñas”. “Esta canasta está dedicada a la divina providencia. Se lleva a bendecir en la misa del 31 de diciembre o del 1 de enero”, nos explica Luis Silvas, vendedor de estas piezas en el mercado de Sonora en plática con EL UNIVERSAL.

En cuanto a cómo es el rito con “la canasta navideña o de fin de año” nos dice que “contiene 12 velas que simbolizan cada mes. Cada una tiene un color y un cierto significado, por ejemplo el 1 de enero se prende la dorada que significa riqueza, el 1 de febrero se prende la blanca que significa fe y pureza y así cada una tiene su mes y su significado”.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

En cuanto a las ventas nos comparte: “Sí han bajado, yo creo que ha sido por la competencia. Pero lo que le inyecta a esto es que viene gente de otros estados para comprarlas y venderlas en su lugar de origen. La gente mayor es la que más lo compra, supongo que es por la fe que le tienen”.

Por su parte, Antonio Méndez, lector de cartas y hacedor de limpias de La Merced, en entrevista comentó que es la época en que la gente aprovecha para limpiar su aura. “El año pasado empecé a hacer rituales desde las diez de la mañana hasta las ocho de la noche. Viene gente de todas las edades, me han traído hasta bebés y la gente mayor lo frecuenta mucho. Los rituales que más me piden es para el amor, el éxito y el trabajo”.

“Ahorita vendo más la ropa interior amarilla que la roja porque todos queremos dinero”, dice Ana María Aguilar, vendedora en el mercado de La Merced. “Llevo más o menos cinco años saliendo aquí a la calle a vender y más de diez años en el local. La venta de ropa interior de este año no ha sido como en otros, pero sí se vende hasta un 20% más que otras épocas”.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

Ana María continúa relatándonos que también le piden de otros colores. “Luego llegan a pedir ropa interior blanca que significa salud, pero la gente que me lo solicitan es más allegada a la religión, también los santeros me lo piden mucho. Inclusive me han pedido también dorados para el dinero, pero de esos casi no hay”.

Limpieza y chones rojos: Lo que la gente acostumbra

Son diversos los rituales que realizamos los mexicanos para recibir el año nuevo. Aunque existe una gran brecha generacional entre jóvenes y personas de la tercera edad, varios ritos siguen vigentes en ambas generaciones.

“Yo barro la casa para sacar las malas energías y la típica de los chones amarillos y rojos”, comparte Rosario Hernández de 26 años. Por su parte Ángel Solana dice: “Yo hago limpieza en toda mi casa” y Luis Alberto Martínez agrega: “coloco una moneda de cinco pesos en mi zapato para que no falte dinero”. Carolina Díaz de 64 años dice: “Yo hago una buena limpieza a la casa para recibir bien el año”.

Vigentes, rituales para recibir el año
Vigentes, rituales para recibir el año

Margarita Velasco dice que lo importante es buscar la luz. “Yo lo que hago para recibir el año nuevo es vestirme de blanco y bañarme con hierbas, además de prender velas para iluminar y prender incienso para depurar”.

Aidee nos cuenta que ella realiza varios rituales durante el año nuevo. “Me baño con pétalos de rosa y miel para endulzar el amor. Otro es el de limpiar la casa con ralladura de coco porque es abre caminos y procuro no usar cloro. El como agarras la escoba también es importante, la tienes que afianzar con el brazo por enfrente en símbolo de protección. También aventar semillas de la abundancia por las esquinas de la casa y el de un espejo afuera de la puerta para que todo lo que me deseen sea invertido”.

Por su parte, Ana María nos comparte: “hago limpieza profunda en mi casa, tiro todo lo que ya no sirve. También barro mi casa para que se vayan las malas vibras, eso siempre funciona y claro que no podía faltar el calzón amarillo, pues si los vendo cómo no lo voy hacer”.

Para muchas personas la realización de estos rituales significa la sensación de que el año nuevo será próspero, no obstante habrá que voltear a ver el año que se fue y reflexionar sobre lo que no dejó y lo que quedó pendiente, pues como diría María Robinson: “Nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final”.

Fotografías antiguas: Archivo EL UNIVERSAL.
Fuentes: “El año nuevo de antaño” publicado en EL UNIVERSAL ILUSTRADO  del 27 de diciembre de 1923. Biblioteca Digital Mundial. Entrevistas con Aidee Martínez y Luis Silvas, vendedores del mercado de Sonora; Ana María Aguilar vendedora del mercado La Merced, Antonio Méndez, lector de cartas del mercado La Merced; Rosario Hernández, Ángel Solana, Luis Alberto Martínez, Carolina Díaz.

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