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Esta publicación sigue vigente no sólo en la capital, sino en varias ciudades del país y continúa transformándose en nuevos productos y aplicaciones digitales, aseguran sus fundadores. A decir de ellos, la Guía Roji sigue siendo útil, práctica y con una basta experiencia que le ha permitido hacer frente a las nuevas tecnologías, al punto que varios usuarios han optado por complementar los servicios digitales que ofrecen a través de los dispositivos móviles con los que cuenta esta guía impresa de origen nacional con 88 años de antigüedad.
La historia de la famosa guía, que por varias décadas ha encontrado un lugar en las guanteras de coches y camiones, se remonta al año de 1928. Fue creada por el Sr. Joaquín Palacios Roji Lara, un sastre enamorado de la cartografía y amante de los mapas.
La idea inicial surgió un par de años antes, en 1925, cuando el Sr, Joaquín decidió hacer un plano detallado del centro de la Ciudad de México; entonces no existía la tecnología con la que hoy contamos, así que su primera creación partió, en gran medida, con base en su imaginación y los conocimientos de escalas y medidas que tenía como sastre.
Empezó vendiendo el mapa en su sastrería. Era un producto único y muy novedoso que nadie hacía. Los recorridos para conocer las calles de la ciudad los realizaba en tranvía. Rápidamente su trabajo tuvo mucho éxito y en 1928 decidió dejar su negocio y dedicarse de lleno a la cartografía.
La primera factura que expidió fue a la Asociación de Voceadores en 1928, quienes fueron sus primeros grandes distribuidores.
Se le dio el nombre de Guía porque eso era: servía como orientación y el color rojo fue justamente por la similitud del apellido Roji de su creador con el color. Se vendía muy bien y cada vez más, después se hizo en forma de librito y fue creciendo.
Herencia que se actualiza a pie cada año
Desde su creación esta empresa no ha dejado de actualizarse. Hoy, dos de los nietos de aquel sastre cartógrafo, los hermanos Joaquín y Alfredo Palacios Roji Perezlete, continúan haciendo crecer la Guía Roji con la generación de muchos proyectos.
“Desde chicos nos traían a embolsar, doblar, a dibujar, cuando teníamos el papel en las máquinas”, recuerda Joaquín. Relatan que cuando su padre los castigaba los ponía a aprenderse las capitales del almanaque y pensaban: “¡Caray tengo que portarme bien! ¿Cómo me voy a aprender todo eso?”.
Desde niños sus vacaciones las pasaban en esta empresa. Dicen que su padre les enseñó y los educó para estar ahí. Joaquín estudió cartografía en Japón año y medio, pero se dedica al área comercial, le gusta el trato con los clientes, venderles ideas. Alfredo prefirió la administración de empresas.
Alfredo dice que su papá, Joaquín Palacios Roji García, “siempre era de la idea de que para mandar hay que saber hacer las cosas. Entonces, nos puso en todos los procesos que conlleva hacer un mapa. Le entrábamos a la parte del recorrido, que al fin de cuentas es lo que hacemos para recabar información. La gente piensa que se trata de un simple mapa, pero no, lo que hacemos es cartografía”.
Aunque Joaquín y Alfredo no conocieron a su abuelo, el creador de la Guía Roji, a través de su padre han heredado el afecto con el que nació esta publicación mexicana.
El hacer los recorridos a pie es parte del procedimiento original. “Esa es la gran diferencia de nuestro trabajo con la competencia, que antes no teníamos”. Google maps tiene como base el sistema del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); es decir, lo que les interesa es lo que hay dentro de las “manzanas”, de las calles, información estadística, si la gente tiene agua, luz, teléfono, servicios, mientras que a Guía Roji lo que le interesa es recorrer calle por calle. “Nuestros trazos son de calles, no de manzanas”.
Además de que esta información se actualiza cada cinco o diez años, tiempo que corresponde a los censos de este organismo. Con este sistema, la zona centro de la ciudad realmente no cambia, pero es en las orillas donde se va notando el crecimiento de la urbe, es ahí donde Guía Roji tiene ventaja, pues la actualización es cada año.
Hoy, ya se usan nuevas tecnologías, en los años 50 hasta y hasta fines de la década de los 90, estos recorridos se hacían a través de vuelos aéreos con los cuales obtenían los dibujos o mapas y así realizaban las actualizaciones. Para el año 2000 se migró a un proveedor de foto satelital, método más práctico y fácil pues se ven por monitor.
“Antes era toda una aventura la foto aérea, la cámara deforma la orillas y se debe hacer un proceso de fotointerpretación, se van uniendo las fotos y se hace un mosaico impresionante. Luego de quitar la curvatura se hacía una foto nueva, que era la que les entregaban como final”, comenta Joaquín.
Era un proceso muy complejo, pues el día tenía que estar despejado para que las nubes no hicieran sombras y debía ser a determinada hora del día, porque los edificios también hacían sombra; esto porque una sombra podía interpretarse como si fuera una calle.
Joaquín y Alfredo han recorrido la Ciudad de México cuatro veces; en 1992 tardaron cuatro meses, pero el recorrido para la guía de este año duró seis. Hay calles que a veces no tienen ni placa con el nombre; entonces, deben pararse en cada esquina, bajarse a confirmar o a preguntar los nombres. Esta parte del proceso es diario de siete de la mañana a siete de la noche. Luego hay que vaciar la información y hacer más procedimientos.
Recuerdan varias anécdotas de estos recorridos, desde vecinos que les ofrecen mezcal y comida, los que los sacan de las calles a pedradas pensando que los van a agredir, las bandas juveniles callejeras y hasta encontrarse con perros agresivos.
Cuando se hacen estos recorridos, una de las reglas que tienen es que hay que preguntarle siempre a una mujer. “La mujer es más honesta, ella te va a decir: 'no sé'. El hombre te va a decir: 'Esa calle… ¡ah, sí! Me suena, Mira síguete dos cuadras...'”. Anécdotas y experiencias como éstas y otras les han enseñado a hacer todos los procesos para el mapeo detallado.
Las brigadas que hacen los recorridos son de dos personas: uno es el chofer y otro es el cartógrafo, a veces llegan a lugares que no son accesibles por coche y se tienen que recorrer de cualquier manera y se hace a pie. Por eso, a veces cuando hay reclamos de clientes diciendo que una calle está mal, se envía a un verificador.
Guía Roji tiene un convenio con los gobiernos de los estados para que se le notifique el cambio de nombres de calles. Hoy, se pretende ofrecer también la localización de tiendas, gasolineras, farmacias, hospitales, museos, teatros, parques, semáforos, se pretende también dar información para ubicaciones exactas de lugares con latitudes y longitudes a través de las aplicaciones que se presentarán el año entrante. “Será algo muy novedoso y distinto”.
El plano mudo, nace un mapa
Para iniciar un mapa se toma como base un plano mudo, es decir, sin nombres. Los hermanos Palacios Roji Perezlete definen a grosso modo que la cartografía es una caricatura en donde se dibuja lo real teniendo como base un mapa.
Si hay un parque se dibuja en color verde, o si se trata de una iglesia también se traza. Año con año hay más casas y es así como empiezan a “armarse” las calles y el mapa. Con base en la foto, hoy satelital, se hace el mapa mudo y luego el recorrido es a pie calle por calle.
En Guía Roji llegan a encontrarse zonas sin nombres, pues corresponden a colonias que van naciendo o son “paracaidistas”. Los nombres de las colonias y calles surgen cuando las poblaciones empiezan a requerir servicios, antes era usual en estos lugares sin nombre usar el término “domicilio conocido”.
Una empresa que se reinventa
Ambos entrevistados coinciden que la época de gloria de Guía Roji fue en la década de los 90 y que el surgimiento de la competencia los ha hecho cambiar, adecuarse de muchas
maneras y hacer mejor las cosas. Aunque en el camino también los afectó la crisis mundial del 2009 y conflictos familiares en el 2012.
Cuando su tío Agustín murió, con quien junto con su padre hizo crecer la empresa por 30 años, comenzaron los problemas entre primos. A unos no les interesó y a otros sólo les interesó el dinero, sin trabajar. En estos años hubo muchas pérdidas para la empresa.
Estos hermanos afirman que lo que realmente ha afectado a Guía Roji es la inseguridad en las carreteras, pues las familias ya no salen tanto como antes por este motivo y sus ventas han venido para abajo en algunos estados con esta problemática como Tamaulipas, Michoacán y Jalisco, entre otros.
Aunque tiene pocas sucursales, cinco en la ciudad de México y tres en Guadalajara y Monterrey, sus principales distribuidores son tiendas de conveniencia como Oxxo, 7-Eleven, de autoservicio como Sanborns, Wall Mart, librerías como Gandhi, Sótano y puestos de voceadores capitalinos.
Alfredo dice que hoy la competencia de Guía Roji es internacional, pues comenta que su cartografía es comparada con la europea, ni siquiera con la estadounidense. Joaquín añade que la cartografía de Estados Unidos es lineal porque el 99% de sus calles y avenidas son de doble sentido y rectas, puedes dar vuelta a la izquierda o derecha, su cartografía es a una sola línea y en México no. “Aquí las cambian de sentido a cada rato, hasta las hacen reversibles por horarios”.
Consideran que a sus 88 años, Guía Roji tiene toda la fortaleza para reestructurarse. Hoy, trabaja en una plataforma que ofrecerá servicio tanto a empresas, particulares, en impreso, en celular, en todo. Se podrán integrar mapas históricos. Así un mapa en tu celular podrá contarte la historia de cada lugar a través de paseos virtuales.
Negocian también para la localización de estaciones de carga eléctrica para los autos, se especializan en lo que han hecho durante muchos años, recabando toda la información que existe en las calles y que en distintas plataformas todo se puede comercializar.
Guía Roji no sólo hace mapas de la ciudad de México, desde hace diez años los hace a petición de las empresas, sobre todo para las que se dedican a repartir. Hacen mapas de las zonas donde surte cada empresa, de este tipo de clientes tienen entre 15 y 20. Ahora trabajan en una aplicación en la cual la gente podrá solicitar un área y características en específico. Por ejemplo, hay cervecerías a las que les interesa saber dónde están todos los Oxxo o 7-Eleven de la zona donde surten.
“Seguimos vendiendo mucho y muy bien. Nuestros mejores clientes son Sanborns y Oxxo, ellos mismos nos dicen que ven que a nosotros no nos han afectado las nuevas tecnologías, lo ven reflejado en las ventas”, dice Joaquín.
Otra razón es que la tecnología no puede sustituir a un gran mapa impreso, no lo puedes ver en un celular en su totalidad, dónde está el aeropuerto, Chapultepec, sólo lo puedes visualizar por partes y todo junto sólo en un mapa impreso. La gente muchas veces no tiene la dimensión de dónde está una parte específica de la capital hasta que lo ve en conjunto en un mapa.
Como parte de su renovación Guía Roji tendrá que incluir publicidad a sus mapas para bajar los costos. “Tenemos que hacer que a la gente no le cueste conseguir un mapa en 100 pesos”. Los mapas de Guía Roji dependiendo de su tamaño y presentación tienen costos en promedio que van desde los 220 a los 350 pesos, ya incluye el costo de la
investigación y los insumos, y más cuando se trata de dólares. También sus ediciones impresas ya cuentan con invitaciones a sus plataformas en Facebook, Twitter y código QRL.
Su interés por ser empresa socialmente responsable incluye el uso de tintas biodegradables o ecológicas, papel reciclable, tirajes más planeados y segmentación de distribución. Hoy las guías que caducan se venden más baratas y así la empresa ahorra el combustible que implica ir a recogerlas.
Guía Roji y las nuevas tecnologías, combinación eficaz
Con el crecimiento de las ciudades se van haciendo subcolonias. “Lo vemos con la primera Guía Roji, todo era colonia del Valle y ahora esta misma está dividida en Norte, Sur y Centro. Hay muchos detalles que la tecnología no ofrece como se pueden ver en la cartografía impresa. Hay mucha gente de todos los niveles que viene aquí a comprarnos y nos pide Guías Roji impresa porque aún le gusta señalizar, rayar sobre el papel, sobre todo los taxistas, empresas que tienen repartidores. En Guadalajara muchos policías las compraron porque les piden que aprendan la ubicación de las calles desde que van en la Academia”, narra Alfredo.
Afirma que no todos tienen acceso a bases de datos, ante la falta de crédito o la pérdida del teléfono celular por el motivo que sea, mucha gente todavía prefiere un mapa impreso.
“Es como una tarjeta de crédito o débito, aun cuando la tenemos no dejamos de traer monedas o billetes porque es más práctico… no todos aceptan tarjeta. Las tecnologías son modas, van y vienen. Quién iba a imaginar que Whats App iba a sustituir a un Blackberry. Cuando viajabas en avión veías a mucha gente con tableta y hoy otra vez se les ve con libros, a los libros no se les acaba la pila”, afirma.
Alfredo ejemplifica y dice que la visibilidad que te da una pantalla de celular, es como voltear a ver el espejo retrovisor, eso es lo único que te ofrece la pantalla 5 pulgadas, en cambio el mapa es del tamaño del parabrisas. “La tecnología es buena, aquí no decimos que no. Hoy mucha gente usa las dos cosas, al final es muy sano y válido usar la tecnología con el impreso, es integral”.
Un ejemplo de ello fue Axtel, compañía telefónica, que durante años les han comprado de 800 a 900 guías impresas para sus camionetas de instalación. Compran en Guadalajara, Monterrey y otras ciudades.
En 2012, 2013 dejaron de adquirirlas porque dijeron que habían equipado a sus instaladores con celulares y tabletas, “invirtieron una millonada”, dicen los hermanos, pero al pasar dos años volvieron a solicitar Guías Roji impresas, el motivo fue el robo de celulares, se descomponían, los perdían, así que volvieron a la tradicional guía impresa.
Otro factor fue que esa empresa ofrece sus servicios en fraccionamientos nuevos que no aparecían en las otras plataformas tecnológicas y que Guía Roji sí tenía. “Por eso volvieron con nosotros”.
En muchas de sus cartografías Guía Roij ya incluye contenidos digitales. Estos hermanos no se cierran a la tecnología, es por ello que ya han tenido pláticas con Google, empresa que está muy interesada en que Guía Roji sea su base cartográfica, por la actualización que hacen cada año.
“Google vende anuncios, no hacen cartografía, por eso usan la base del INEGI. No les importa si está actualizada. El Street View no ofrece todas las zonas, ni todas las calles, sólo las principales”, dicen.
Coinciden que sistemas como el Street View pueden ser utilizados tristemente para espionaje, pues al fin es tecnología militar. “Por un lado nos hacen firmar contratos de confidencialidad, todo tiene que ser privado, pero por otro se está autorizando todo esto a los estadounidenses, en este caso a Google, y nadie dice nada, es contradictorio. Nosotros somos una empresa de mexicanos que trabajamos con mexicanos, hacemos desarrollos y muchas cosas, toda esa tecnología ya la teníamos proyectada nosotros. Tuvimos el primer registro de cartografía en un CD pero tuvimos un problema: la piratería… le invertimos una fortuna y resulta que los vendían en 10 pesos. Es una tristeza”, dicen.
Diversidad en los mapas, la oferta
A lo largo de sus 88 años la empresa ha publicado distintas ediciones de Guía Roji y lanzado varios productos. La primera fue de la Ciudad de México y surgió en 1928, en 1964 lanzó Guía Roji Guadalajara y en 1987 Monterrey.
También han realizado ediciones especiales conmemorativas como las del Mundial México 70 o las Olimpiadas de 1968 con mapas prácticos que servían a la gente para que encontrara estadios y demás sedes de los eventos deportivos, no sólo eran un souvenir. Con estos mapas se tiene una idea clara de cuánto se debe caminar realmente para llegar a cierto lugar, pues a veces se hacen mapas con dibujitos, donde los lugares aparentan estar muy cerca cuando en realidad no lo están.
En 1981 se asociaron con una empresa japonesa y adquirieron el nombre de Roji Teikoku–Shoin, S. A de C. V para hacer globos terráqueos y atlas escolares que intentaron vender a la SEP, pero no progresó. También se abriría una planta por Toluca, pero ese día hubo una manifestación y los manifestantes golpearon el camión donde íban con los japoneses y por eso tampoco se concretó, se asustaron mucho, narran Alfredo y Joaquín.
En 1988 crearon una Guía Turística que contenía gasolineras, bares, hoteles, restaurantes, clubes, la cual se pretende actualizar, el mapa siempre será el referente y con base en eso de van adecuando, aseguran.
Hubo ediciones escolares de mapamundis y algunos continentes, hoy sólo permanecen estos últimos. Recurrieron a los padres de familia para que apoyaran este proyecto, pero no hubo respuesta. “Es algo que se demerita a pesar de que es para la educación de sus hijos, nunca entendimos esa parte”, lamentó Joaquín.
Afirma que en otras partes del mundo estos materiales son muy valiosos como es el caso de Japón, donde consumen Globos terráqueos, atlas escolares, que se hacen como un producto educativo, los gobiernos lo apoyan. “En este país parece que lo que menos importa es dónde estamos, lo que tenemos”.
Hoy, Guía Roji tiene más de 200 productos, entre los que se encuentran atlas carreteros, mapas turísticos, redes viales de ciudades, mapas de los Estados, mapas murales, mapas mundiales, continentes y láminas de delegaciones y municipios con presencia en todos los Estados y las principales ciudades capitales.
La más reciente edición estrenará nuevo formato: tamaño carta con espiral y se dará a conocer en la Feria del Libro de Guadalajara 2016. “Nuestra cartografía es comercial, para el público en general, para el que quiera ubicarse, no es estadística… a fin de cuentas todos tenemos un rumbo, día a día todos nos movemos y un día te vas a perder. No hay mejor manera de perderte que con una Guía Roji”, finaliza Alfredo.
Foto antigua: Edición Carlos Villasana-Torres
Fuente: Entrevista con los hermanos Alfredo y Joaquín Palacios Roji Perezlete