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Texto y fotografía actual: Carlos Villasana y Ruth Gómez.
Diseño web: Miguel Ángel Garnica.
Ahora que dieron inicio las obras ecológicas en las columnas del segundo piso del Periférico, hacemos un recorrido por el puente vehicular de Nonoalco, en Tlatelolco, el más antiguo de todos en la Ciudad de México. Hoy, una parte de abajo de este puente sirve de estacionamiento para la Policía Auxiliar.
Construido hacia finales de los años treinta e inaugurado a inicios de los años cuarenta, el puente de Nonoalco fue un parteaguas para la ingeniería civil capitalina. Si bien fungía como prolongación de la Avenida de los Insurgentes Norte hacia La Raza, su estructura también servía para librar las vías del ferrocarril provenientes de la estación de Buenavista y de los patios de Tlatelolco.
Su destacada presencia se plasmó en algunas de las películas más importantes del cine mexicano y fue retratada por la lente de personajes tan relevantes como Gabriel Figueroa, Juan Guzmán, Luis Buñuel y los fotoperiodistas Manuel Ramos y Nacho López. No sólo artistas tras la cámara se interesaron en capturarlo, sino también escritores como Juan Rulfo o Fernando del Paso:
En una entrevista de Elena Poniatowska con Fernando del Paso el escritor le dijo: "Un día pasé por Nonoalco en camión, quise hacer un cuento porque vi a un hombre cargando sobre el hombro un pequeño ataúd y lo seguí. Escribo según la inspiración. Fíjate que el tercer capítulo de José Trigo nació prácticamente de esa visión, meramente plástica; pasé un día por Nonoalco-Tlatelolco en un camión y vi esos campamentos a lo lejos y me gustaron muchísimo y un día fui especialmente a caminar por allí; observé los vagones transformados en casas con las macetas de geranios colgando, las cortinitas que les ponen, los tendederos de ropa de uno a otro vagón y me gustó muchísimo ¡es tan plástico todo eso! y eché a andar a un ferrocarrilero con una cajita blanca en el hombro y atrás una mujer que cortaba esos enormes girasoles que crecen en los baldíos y de esta imagen nació José Trigo, mi primera novela. Después iba los sábados a tomar notas y apuntes y escribí un texto que se fue haciendo inmenso".
Un elevado coprotagonista
Los linderos cercanos al Puente de Nonoalco y a la estación ferrocarrilera de Buenavista fueron locaciones naturales para películas como "Víctimas del pecado" de Emilio el Indio Fernández, "Vagabunda" de Alfonso Rosas o la multipremiada cinta "Los Olvidados" de Luis Buñuel, en las que se capturaba la calidad de vida y vivienda de la zona, que para ese entonces era parte de la periferia de la capital.
En el filme "Del brazo y por la calle", el personaje de Marga López describe al barrio de Nonoalco: "Todos los días tengo que soportar el único espectáculo que me está permitido: la terrible miseria que me rodea. Niños desnudos, mujeres indiferentes a todo, hombres embrutecidos por el alcohol y todos hambrientos. Un espectáculo que me hace vivir abrumada de asco por tanta suciedad e injusticia".
Alfonso Corona narra, en su película "El camino de la vida", la historia de dos niños que por diversas circunstancias llegan al reformatorio del Tribunal para Menores. Las locaciones de esta cinta son un deleite visual porque muestran el aspecto de las principales avenidas del Centro Histórico en 1956, además de poder apreciar que los patios donde los niños del reformatorio juegan, son los juegos infantiles que alguna vez retrató Nacho López en el bajo puente de Nonoalco.
Por su parte, en "Un rincón cerca del Cielo", el personaje de Pedro Infante hace todo lo posible para solventar los gastos económicos de su familia pero, tras el dolor producido por la muerte de su hijo, decide aventarse a las vías del ferrocarril desde el puente, sin lograr morir.
El blanco y el negro de estas cintas tienen un toque mágico que contrasta con la pobreza y desesperación sufrida por sus protagonistas en la búsqueda de una vida mejor, mientras escuchaban el estridente silbato del ferrocarril y el sonido de su paso por las vías. No cabe duda que tanto el puente como el ferrocarril tuvieron un lugar primordial en el desarrollo de sus tramas.
Visitando el puente
Después de mirar nuevamente estas películas, EL UNIVERSAL acudió a esta zona que exige una caminata de aproximadamente diez minutos desde la estación Buenavista.
A pesar de ser una zona muy concurrida por la intersección de diversos transportes públicos, se vuelve solitaria al caminar sobre la Avenida de los Insurgentes. Conforme nos acercamos, las fachadas aledañas a la avenida de la colonia Santa María la Ribera empiezan a verse destartaladas y del otro lado el letrero de "Teatro Ferrocarrilero" es casi imperceptible.
En el lugar donde alguna vez pasó el ferrocarril ya no hay vagones vueltos casas como los describió Fernando del Paso, sino vallas y rejas que separan a los transeúntes de las vías del Tren Suburbano y un aparatoso puente peatonal para cruzarlas. Hoy, una parte del bajo puente es un estacionamiento de las oficinas de la Policía Auxiliar de la ciudad, cuyos encargados nos dieron autorización, después de una amable insistencia, de tomar fotografías.
"Mire, lo único que sé de esta zona es que antes era tipo industrial, con los talleres y todo lo referente a los ferrocarriles. Yo creo que ya nada de por aquí es igual a la época de la foto", nos dijo el policía encargado mientras veía las fotos antiguas y nos acompañaba a tomar las actuales. "Yo la tomaría desde aquí, aquí se ve parecido a su foto", sugería entusiasmado.
El policía tiene razón, algunas calles y construcciones del barrio de Nonoalco desaparecieron con la creación de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco años después, pero el puente vehicular siguió, y seguirá, siendo una de las vialidades más importantes al norte de la Ciudad.
Reconociendo a un grande
En diversos puntos de la ciudad existen placas que conmemoran los sitios donde se filmaron películas reconocidas, como la que está instalada en La Romita por el rodaje de la cinta "Los Olvidados", o bien la que se encuentra en la esquina de Juan Escutia y Atlixco, donde tuvo lugar el choque de la película "Amores Perros". El puente vehicular de Nonoalco no sólo es importante por lo que significó su construcción para la gran ciudad, sino también por las historias que inspiró a crear, mismas que lo llevaron a aparecer en la gran pantalla.
Si bien este puente no es mediático y seguramente sus columnas no se adecuarán como jardines verticales, bien valdría la pena instalarle una placa por tener un lugar primordial en varias cintas del cine mexicano y rescatar, en la medida de lo posible, el esplendor y grandeza que alguna vez tuvo.
Fotografía antigua: Cortesía Luna Córnea/Fotográfica MX, Archivo Manuel Ramos y Juan Guzmán/Fotográfica MX.
Fuentes: Artículos "Segundo Piso del Periférico, Vía Verde de la CDMX" de EL UNIVERSAL, "Fernando del Paso. Premio FIL de Literatura 2007" de Elena Poniatowska para la Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México.