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Texto y fotos actuales: Diana Laura Espinoza Delgadillo
Diseño web: Miguel Garnica
Alonso se desliza en su patineta por donde antes estaba un lago artificial y hoy es la pista skate de Parque Lira. Se reúne a practicar skateboarding con sus amigos por las tardes. Hace 200 años, en este lugar descansaban los condes y ahora pasean los vecinos de Tacubaya.
Este sitio fue edificado por órdenes del conde José Justo Gómez de la Cortina, a finales del siglo XVIII, para pasar ahí sus días de verano. En su momento, fue una de las residencias más lujosas de la región: con fuentes, espejos de agua, vegetación abundante y terrazas con vistas privilegiadas al Valle de México, y hasta una capilla con representaciones de la orden de los pasionistas y que hoy funge como biblioteca pública.
Terraza que enmarcaba un espejo de agua, tal como se ve en la foto comparativa. Atrás se observa la capilla pasionista y que hoy es una biblioteca
Después de fiestas y ostentosas reuniones, la fortuna del conde declinó y vendió sus terrenos a Eustaquio Barrón, quien encargó la remodelación del lugar al arquitecto italiano Javier Cavallari. El cambio aumentó la belleza arquitectónica del lugar con un arco de acceso –estilo neoclásico –, pérgolas y caminos propios de residencias.
Los espacios tranquilos de la antigua ciudad de Tacubaya atraían a familias acaudaladas y personajes famosos para instalar sus casas de campo. En 1895 vivían 27 mil habitantes en la zona, pero durante el verano aumentaban a 30 mil.
El predio del Parque Lira también fue adquirido por Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz. Su último dueño fue el empresario y filántropo mexicano Vicente Lira, cuyo apellido da nombre al recinto y a la avenida donde se ubica.
De esos días quedan vestigios. La terraza principal luce blanca, pero carece ya de fuente y espejos de agua. Los puentes colgantes fueron retirados, algunas plantas están marchitas, en las jardineras se acumula la basura, en el asfalto crece el pasto y las bardas lucen grafiteadas.
En las imágenes observamos plantas marchitas y grafitis en algunas bardas de este parque
Esther López Neri es coleccionista de fotografías antiguas. En cuanto vio algunas de Parque Lira, no dudó en visitarlo. Le maravillaron las dimensiones del parque y la tranquilidad, pero considera que está un poco descuidado.
“Este parque es una belleza y tiene mucho potencial para deportistas. La pista skate me parece excelente porque es una forma de que los chicos se ocupen sanamente. Sin embargo, veo el descuido en el grafiti, las ramas en el suelo… Debería estar más limpio. Hay una fuente que no tiene agua y está sucia; es grande y podrían barrerla. Pienso que la delegación lo ha descuidado mucho, pero con una buena inversión lo levantarían enormemente”, dice Esther mientras observa a una pareja remoja sus pies descalzos en una fuente.
Para Alonso, el grafiti no es ningún problema pues “le da identidad a los skate”, argumenta.
–¿Has visto que lleguen a grafitear el parque?
–Pues sí, pero es como patinar. Yo digo que es una forma de expresarte.
–¿Aunque sea en un parque con mucha historia?
–Yo digo que, en cierta forma, le da un toque. El que esté todo bien pintado está bien, pero está padre esta parte de los grafitis, le da un toque especial, como que muy de nosotros. Es una forma en la que (los grafiteros) expresan su arte. No me molesta ni estoy en desacuerdo.
Panorámica de la actual pista skate en Parque Lira, donde antes había un lago artificial
No obstante, Abraham Monroy, vecino del lugar desde 1993, pide que se preserven las instalaciones en beneficio público.
“Deben conservarlo para que tengan un buen lugar donde descansar y jugar; si no, a fin de cuentas se convierte en un basurero. Ese no es el camino. La zona es muy bonita, muy antigua. Hay construcciones de muchos años como la Casa Amarilla y el Museo de la Bola”.
En 1937, Lázaro Cárdenas expropió la casa de los Lira y fue sede de la Escuela Técnica Industrial y Comercial de Tacubaya (ETIC), donde impartieron clases horticultura, mecanografía, avicultura y cocina. La escuela cambió de estancia años después y la casa de Vicente Lira Mora fue derribada alrededor de 1960.
Fue hasta 1970 cuando el gobierno federal lo remodeló. A las fuentes y andadores se sumaron instalaciones deportivas y culturales.
Panorámica del corredor que se observa desde el arco de entrada al parque, donde alguna vez podían verse pequeños puentes colgantes que un tiempo sirvieron de juego para niños. La imagen luce sin ellos, pues ya fueron retirados
Enrique Gómez, de 82 años, vive a unos metros de Parque Lira desde hace 47 años. Recuerda que en la Casa Amarilla se instaló la Casa para Varones de Rafael Dondé, un hogar para los jóvenes de bajos recursos. Incluso, don Enrique preserva un retrato del filantrópico en su casa.
Rememora que, hace 20 años, el parque parecía más bien un cerrito por su descuido, pero que –desde el año 2000– las administraciones lo han mejorado con lámparas, adoquines y restauraciones al arco principal. Exhorta a todos a preservar Tacubaya.
“Tacubaya ha sido una zona histórica muy importante, a pesar de que luego surgen los condominios y van echando a perder todo. Demuelen lo viejo y se pierde. En donde vivían dos familias, ahora viven 30. Los vecinos siempre nos preocupamos por conservar las fachadas. Queremos a Tacubaya y queremos que se siga conservando”, dice.
Emocionado apunta: “Aquí tenían sus residencias y mansiones las personas que vivían en la Ciudad de México. Ahora ya es una zona cosmopolita, pero aún persiste una parte del viejo Tacubaya”.
Mientras don Enrique Gómez y Abraham Monroy cuentan a sus familias las historias de los ríos que cruzaban por el territorio y comentan sobre el Molino del Rey y el Mercado del Chorrito, los jóvenes construyen el presente de Parque Lira en sus instalaciones.
Alonso practica en los rieles, tubos y rampas porque quiere llegar a ser un skate profesional. Toma su patineta y dice: “Vengo al Parque Lira porque el ambiente es muy agradable, aquí tengo a la mayoría de mis amigos que patinan. Aquí tengo mi casa”.
Alonso practica el skateboarding desde hace siete años. Dice que los grafitis del parque le dan un toque especial a este lugar
La foto principal, imagen de 1974, corresponde al arco de entrada al Parque Lira desde la esquina de Gobernador Manuel Reyes Veramendi y avenida Parque Lira.
Fotos antiguas: Colección Carlos Villasana-Torres.
Fuentes: Ávila Raúl, Corona Sergio, et al, Breve historia y relación del patrimonio tangible de la delegación Miguel Hidalgo, México, 2012, consultado en http://sistemas.miguelhidalgo.gob.mx/app/webroot/externos/libros_mh/Patrimonio_Tangible_DMH.pdf. Secretaría de Educación de la Ciudad de México, Ciudad de México, crónica de sus delegaciones, Gobierno de la Ciudad de México, México, 2007. Esther López, Enrique Gómez, Abraham Monroy y Alonso, entrevistados.