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Los depósitos de mexicanos en bancos y otras empresas financieras en EU alcanzaron los 84 mil 40 millones de dólares en febrero de este año, dicha cantidad revela que de finales de 2012 a febrero de 2016, enviaron al extranjero otros 30 mil millones; cantidad 54% arriba de los 54 mil 552 millones que ya se habían fugado del país hasta 2012. Los depósitos de los connacionales, de acuerdo a estadísticas que se presentan en el informe de la Reserva Federal de EU (www.federalreserve.gov/econresdata/releases/statbanksus/liabfor20160430.htm) confirman que la variación o devaluación del tipo de cambio peso-dólar entre los 13.04 pesos de diciembre de 2012, a 18.50 a mayo de 2016, no fue obstáculo para que los que tienen inversiones o cuentas en bancos extranjeros continúen sacando divisas del país.
Una de las explicaciones de la fuga de divisas es que, para los deciles con mayores ingresos de la población, la divisa estadunidense aún les resulta barata y les genera mayores dividendos tenerla en otro país y protegerse de la volatilidad en el precio de la moneda nacional. Esto es posible porque el tipo de cambio actual, al situarse por debajo de la inflación de los últimos 20 años, aún mantiene devaluado el dólar en relación a su valor en 1996. Hay una brecha entre el incremento en el tipo de cambio, el cual varió 135%, (al pasar de 7.85 pesos por dólar en diciembre de 1996 a 18.50 en mayo de 2015) contra un incremento del 480% de los precios al consumidor en el mismo periodo.
Paradójicamente el factor que más influyó para que se encuentren dólares en el mercado de divisas y se adquieran relativamente baratos, es la afluencia de divisas por concepto de remesas de los trabajadores migrantes al país. En los últimos 4 años, este sector de la población incrementó sus esfuerzos para enviar más divisas al país, motivados por un tipo de cambio que les empezó a ser favorable, lo cual resarció una parte del deteriorado poder adquisitivo de las remesas por un tipo de cambio que por muchos años debilitó sus dólares. Así la afluencia de las divisas por concepto de remesas se reactivó nuevamente de 22 mil 438 millones de dólares que enviaron en 2012, a 24 mil 840 en 2015, lo cual aportó al circuito bancario, cada día hábil, aproximadamente 92 millones de dólares.
Los ingresos de remesas, medidas en saldos netos, están arriba de la mayoría de las actividades económicas que captan divisas y que se registran en la balanza de pagos: petróleo, balanza agropecuaria, turistas internacionales, Inversiones Extranjeras Directas. Desde principios de este siglo, las remesas se consolidaron como la principal fuente neta de monedas extranjeras a la economía del país, debido a que por concepto de fuerza de trabajo no egresan divisas en contraprestación, como sucede en otras actividades económicas que para producir bienes para exportar importan insumos, maquinaria, tecnología, pagan patentes, fletes, seguros, intereses o ganancias, etcétera.
Al aumentar el envío de remesas, los migrantes se consolidan como una de las ramas más rentables de la industria de exportación, son la principal actividad que aporta las divisas necesarias para evitar una mayor volatilidad de la moneda e involuntariamente y en contra de sus intereses mantienen un dólar barato que subsidia a los sacadólares. Finalmente, cabe preguntar a las autoridades financieras: ¿si estas divisas, tan necesarias para el país y que son generadas por los deciles más pobres de la población, continuarán por la libre en manos de la bancos y de los sacadólares?