Los cerca de 24, 800 millones de dólares que enviaron en 2015 los migrantes, corroboran que son la principal fuente neta de divisas del país. Las remesas además de reducir el déficit de la cuenta corriente en términos netos y representar la rama más rentable de las exportaciones, son estratégicas para frenar la devaluación. Su importancia radica en que del 2000 al 2015, fueron la fuente que más divisas aportaron al mercado cambiario, más que la balanza comercial del petróleo, o que la de los productos metálicos y maquinaria y equipos, o la del turismo.

Es imprescindible reconocer que evitaron que el tipo de cambio del dólar al menudeo se depreciara aún más, pues para que la “ley de la oferta y la demanda” funcionara aportaron para el mercado cambiario, cada días hábil de 2015, cerca de 95 millones de dólares. Esta aportación también evitó que las autoridades monetarias, al fijar el tipo de cambio del dólar interbancario o al mayoreo, devaluaran la moneda nacional en porcentaje mayor al 20%.

Sin embargo ante la devaluación es común preguntar ¿por qué el dólar esta tan caro? También suele mencionarse que las familias receptoras de remesas son las que “ganan” y las empresas que cotizan en la BMV, pierden pues su deuda total aumentó.

Sin embargo en los últimos 20 años nadie se preguntó ¿por qué el dólar estaba tan barato? ni se mencionaba quienes ganaban o quienes perdían. El Banco de México en sus indicadores confirma que existe una apreciación del tipo de cambio real crónico y sí analizamos el papel que desempeñaron los 320 mil millones de dólares aportados por los migrantes al mercado cambiario en los últimos 15 años, encontramos que fueron la principal fuente de divisas que ayudó a mantener una apreciación del tipo de cambio.

En los hechos los migrantes subsidiaron un dólar barato y los ganadores fueron los corporativos: Alfa, Alpek, América Móvil, Asur, Bimbo, Elektra, Femsa, Grupo Carso, Grupo México, ICA, Coca Cola Femsa, Genomma Lab, Mexichem, Pinfra y Televisa. (Cfr. ¿Por qué el dólar sigue tan caro?, El Universal, 7 enero, 2015)

Paradójicamente las familias de los migrantes fueron los perdedores. Para que la “ley de la oferta y la demanda” propiciara un dólar barato, padecieron el deterioro del poder adquisitivo de las remesas de 1996 a 2014. Dicho deterioro se dio por dos razones. La primera es por la persistencia de un tipo de cambio desfavorable para los que recibieron remesas, que se sustentó por un dólar subvaluado crónicamente y por debajo de la inflación. La segunda razón es la disminución promedio de los dólares que se envían por remesa.

Al medir el equivalente de las remesas en salarios mínimos encontramos que estos cayeron más de un 30% respecto a lo que representaban hace 15 o 20 años. De acuerdo a datos del Banco de México, la devaluación de 2015 ubicó el tipo de cambio alrededor de 17.50 pesos por dólar, por lo que los 282 dólares que enviaban los migrantes en cada remesa equivalen a 2.5 salarios mínimos. Cantidad muy inferior a los 3.5 equivalentes a cada remesa que recibían las familias destinatarias en el año 2000.

El problema para los corporativos es que el deterioro acumulado del poder adquisitivo de las remesas y la violencia que enfrentan los migrantes llegó a tal grado que éstos últimos optaron ya por retornar y en consecuencia las remesas disminuirán su participación.

Integrante de CACEPS y estudiante del doctorado en Economía en la UNAM.

caceps@gmail.com

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