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El próximo domingo la ciudad de México vivirá un momento histórico. Quienes tengan credencial para votar con domicilio en la Delegación Cuauhtémoc votarán para decidir si debe o no realizarse el proyecto del Corredor Chapultepec.
Nunca antes en el Distrito Federal se había efectuado un proceso de consulta tan ambicioso para decidir en torno a la deseabilidad de un proyecto urbano. En otros contextos, las grandes obras se han decidido unilateralmente, o bien a través de reuniones con líderes vecinales o consultas telefónicas. Esta vez es distinta: los ciudadanos acudirán a las urnas para decidir si se emprende o no una obra trascendental para su demarcación.
Quizás esta nueva manera de tomar decisiones colectivas en temas fundamentales se convierta en un valioso precedente para las democracias urbanas. Vale la pena, por ello, recuperar la cronología de este esfuerzo ciudadano.
La historia es simple. Después de varios meses de discusión política y mediática sobre la realización de esta obra, algunos Comités de colonia y el propio Consejo delegacional en Cuauhtémoc solicitaron al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) realizar una Consulta para conocer la voluntad popular en cuanto al Corredor Chapultepec. Los primeros solicitaban consultar únicamente en sus colonias, mientras que el segundo pedía realizar la consulta en toda la demarcación. No se tiene registro de peticiones formuladas en otras delegaciones.
Al respecto, el IEDF tomó tres determinaciones de suma importancia. La primera, realizar la consulta en toda la Delegación Cuauhtémoc, desplegando para ello los controles de seguridad que se utilizan en las elecciones constitucionales. Se instalarán 75 casillas en la delegación, las cuales contarán con listados nominales actualizados (INE) para poder cotejar la identidad del votante, así como con mamparas para garantizar la secrecía del voto. Hay centros telefónicos, páginas web y aplicaciones que permiten ubicar rápidamente las casillas. Ya se registraron observadores ciudadanos para vigilar el proceso.
Además, se convocó a un grupo de expertos para garantizar que la pregunta a responder durante la consulta no tuviera sesgos o afirmaciones implícitas. La boleta dirá “¿Debe o no debe realizarse el proyecto del Corredor Cultural Chapultepec-Zona Rosa en el tramo comprendido entre Lieja y la Glorieta de Insurgentes?”.
Pero sin duda la determinación más importante que tomó el IEDF para garantizar el buen desarrollo de la consulta es la de asegurar un piso parejo para difundir las razones a favor y en contra del Corredor. Los votantes tendrán información completa que les permitirá decidir el sentido de su opinión.
Se solicitó al gobierno suspender la difusión del proyecto y se prohibió su promoción con recursos públicos.
En paralelo, se convocó a asambleas abiertas en la delegación para que sus habitantes eligieran representantes del “sí” y el “no”. Para garantizar la legalidad de las asambleas, en éstas se solicitó Credencial para Votar domiciliada en Cuauhtémoc. La expresión del “sí” se integra por cuatro vecinos de la delegación Cuauhtémoc y un representante gubernamental, mientras que la del “no” está conformada por cinco vecinos de la demarcación.
Una vez que las asambleas escogieron a los representantes de ambas expresiones, a éstos se les pidió elaborar los contenidos de instrumentos de difusión. Así, por ejemplo, el IEDF repartió en cada casa de la delegación Cuauhtémoc (casi 200 mil viviendas) un folleto que resume las posiciones a favor y en contra del Corredor. Se distribuyeron también DVDs en los que ambas posiciones exponen sus argumentos sobre el Corredor Chapultepec.
Por si ello fuera poco, el IEDF puso a disposición de los grupos de representantes sus tiempos en radio y televisión, de manera que ambos difunden sus propuestas en medios electrónicos. Las dos expresiones están invitadas a un debate, cuya señal será transmitida en YouTube y ofrecida gratuitamente a los medios en la ciudad.
Lo que está en juego va más allá. La ciudad está trazando un nuevo camino para tomar sus decisiones fundamentales a través de la consulta y la emisión de opiniones informadas. Participar en la consulta simboliza el interés de los habitantes por contribuir a la toma de decisiones públicas.
Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal.
@yuribeltranm