El miércoles pasado dimos a conocer en Imagen Líquida —nuestro programa de radio semanal— la puesta en marcha de una nueva aplicación para compartir fotos, inspirada en Instagram, pero con una particularidad; su costo mensual es de mil dólares por usuario. Así como lo lee. Sobra decir, que si la membresía le parece cara, esta app claramente no es para usted.
Y es que su fundador, el eslovaco Juraj Ivan, ha creado una aplicación exclusiva para personajes ricos y ostentosos. Vamos, su slogan lo dice todo : “Ser rico es aburrido cuando nadie te ve”.
Resulta que estamos frente a una aplicación que raya en el cinismo; nada de malo tiene ser rico, pero el presumirlo y ostentar las extravagancias más superficiales que sólo el dinero puede comprar, si es de mal gusto. Vamos, incluso es vulgar.
Sin embargo, esta nueva red ya cuenta con sus primeros usuarios, ahí andan por ejemplo Julia Stakhiva, una socialité ucraniana que jura ser “demasiado guapa para trabajar”, y el Emir Bahadir, dueño de diversas constructoras turcas e íntimo amigo de Naomi Campbell; por ahí también, me cuentan, anda el hijo del diseñador Roberto Cavalli, entre otros personajes del jet set mundial. Hasta el momento ningún mexicano se reporta en esta exclusiva red, pero, por supuesto, será cosa de tiempo para que aparezca el primero.
Lo que argumentan sus creadores es que ahí los súper ricos podrán tener seguidores de primer nivel y no la “perrada” anónima que los sigue en Instagram o Twitter; recordemos, por ejemplo, lo que hace dos semanas le pasó a la señorita Kardashian, que por andar presumiendo brazaletes de millones de dólares en Instagram a sus más de 80 millones de seguidores, fue asaltada en París y justo se llevaron esa joyita, entre otras cosas.
Esta nueva aplicación me recordó el libro editado en 2002 por Daniela Rossell que retrató a ricachones mexicanos en sus enormes mansiones, presumiendo colecciones de arte, acariciando antílopes disecados o posando a la orilla de suntuosas piscinas de diseñador. Daniela Rossell lo hizo hace más de 14 años y tuvo infinidad de problemas por haber fotografiado así a sus amigas y amigos. Hoy, esta nueva red apela al infinito ego de quien lo tiene todo, pero además necesita mostrarlo. Reflejo de la soledad pura.
Asomarse a esa red es de una delicia antropológica, ver lo ridículo que puede volverse el ser humano cuando el dinero no tiene fin, basta ver ahí lo sujetos que se forran de dólares como si eso los hiciera más guapos, los jóvenes que cargan cinco llaveros de marcas distintas, Ferraris, Jaguares, Mercedes y otras linduras, cuando en realidad sólo pueden usar uno a la vez. Ahí están los chinos adolescentes viajando en aviones privados, yates en el Mediterráneo, botellas irreconocibles y lugares de ensueño.
Todos podemos ver gratis, pero si quieren ponerle un corazoncito o contactar a algún nini multimillonario, no podrán hacerlo si no pagan sus 19 mil 500 pesos mensuales al cambio de hoy.
Así las cosas, así de superficial el mundo, así de ridícula esta aplicación y quienes la usan. Así esta columna de hoy que intenta poner sobre la mesa nuevos temas de conversación para el fin de semana. Fin del comunicado.
@MxUlysses