Sin duda, 2015 fue un año convulso, lleno de imágenes fuertes, y para millones de ciudadanos del mundo, terrible y desesperanzado. El año que se fue nos dejó un mosaico de recuerdos visuales de lo más diverso.

Los refugiados en Europa, pobreza en Asia, guerra en Medio Oriente, el terrorismo y muerte a las puertas de París; terremotos, desolación, repunte de la violencia criminal en México, y así hasta el infinito. En pocas palabras, postales del purgatorio en la tierra.

Así lo perfila la estupenda selección de fotos del semanario Time, de Estados Unidos, que resume en 100 imágenes lo más relevante del año pasado. Y seguramente así se verá reflejado en los próximos premios del World Press Photo en febrero de este año.

Pero mientras terminamos de asimilar lo que pasó en lo últimos meses, permítanme detenerme en una sola imagen que sintetiza la esperanza de toda una cultura. Esta imagen del Papa Francisco, tomada el 21 de febrero del año pasado en el Vaticano y atribuida al staff del Observatorio Romano, es muy poderosa.

Los que me conocen saben que no profeso religión alguna y que soy más bien respetuoso de toda creencia sin prejuicio alguno, por ello, les relato lo que yo veo en esta imagen desde el punto de vista más laico posible.

En cosa de un mes, este gran personaje, el primer Papa latinoamericano y jesuita, estará en México, y lo inundará todo, será nota a diario y veremos grandes imágenes acompañadas de frases y pensamientos profundos. En lo personal, este Papa me parece lo mejor que le ha ocurrido a la Iglesia Católica en lo que va del siglo XXI; su carisma, inteligencia y sabiduría comienzan a darle otro rostro a su comunidad.

En esta imagen cuento al menos 15 manos queriendo tocar a Su Santidad mientras él sonríe y atrás lo cuidan. Es una imagen muy poderosa que sintetiza la fe en su palabra y lo que él representa; en medio de un océano de imágenes del apocalipsis, esta postal resalta como la síntesis de una esperanza, o al menos de una posibilidad frente al desprestigio de la política y el infierno de la guerra.

Si las religiones del mundo surgieron a partir de nuestra conciencia sobre la muerte, tal parece que la presencia de este personaje, de alguna manera da paz y esperanza a una sociedad ahora más consciente que nunca de nuestra fragilidad colectiva.

Para febrero tendremos la fortuna de ser testigos de esta visita papal que, sin duda, le vendrá bien al pueblo de México, independientemente de sus divisiones internas y bajo un contexto de guerra criminal.

Pocas fotos me conmueven hasta el tuétano, como esta en especial.

@MxUlysses

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