El próximo primero de febrero, El Universal Gráfico cumple 94 años de vida editorial en México. Si bien el periodismo de nota roja ha sido menospreciado por los colegas que se asumen como representantes del periodismo “serio”, la verdad es que nada circula y se vende más en los quioscos de nuestro país que los diarios que relatan a fondo la nota roja diaria.
Es por ello que hoy quiero dedicar esta columna en particular a los colegas de El Gráfico y en general a todos los que se dedican a este género periodístico de enorme relevancia para un país como el nuestro, tan acostumbrado a convivir con la tragedia, el horror y la muerte cotidiana.
Aunque hay países que expresamente prohiben este tipo de periodismo en sus territorios, la verdad es que este género goza de cabal salud en casi todo el continente americano. Y aunque se trata de un periodismo que roza los límites de la ética profesional, si se trabaja con respeto para las víctimas y sin afectar a terceros, al final el lector tendrá siempre la última palabra.
Si algún género está exento de la especulación, ese es precisamente el de la nota roja, este periodismo se basa radicalmente en los hechos, en el conteo de muertos, en la narrativa de sus tragedias y, por supuesto, en el trabajo fotográfico que realizan sus fotoperiodistas. Revisando la tesis de Alma Rodríguez, ex fotoperiodista de El Gráfico y quien me inspira para estos apuntes sobre la nota roja y su complejo desarrollo, me encuentro con imágenes y portadas que si no supiera que son ciertas, pensaría que forman parte de una serie de terror dirigida por Alfred Hitchcock.
La imagen que escogí para este texto es de Rosalío Huízar, responsable del departamento de foto de El Gráfico, y fue en 2010 en Naucalpan. Creo que congela de una forma magistral el final de un trabajador que muere electrocutado al pintar una fachada del Blockbuster en Lomas Verdes. La imagen es escalofriante porque mientras bajan el cuerpo, la camilla contrasta con ese cartel de una familia mexicana feliz en busca de diversión y adrenalina que para todos es vital.
Huízar lleva 26 años como fotógrafo de nota roja y nueve en El Gráfico, sin duda es un representante consolidado de lo que este trabajo significa. La síntesis, la frialdad y el profesionalismo con el que se dispara bajo cualquier circunstancia sumando un toque de humor negro para la ocasión.
Así las cosas, enhorabuena a los compañeros de El Gráfico, en especial a su directora, la incansable María Félix Escalante, por este nuevo aniversario y, por cierto, mañana no se pierdan la Bitácora Universal en nuestro portal, porque ahí podrán ver más imágenes del horror, sin salir de casa. Buen fin de semana.
@MxUlysses