Uno de los modelos más esclarecedores sobre el progreso del conocimiento científico es el del matemático y filósofo de la ciencia Imre Lakatos (1922-1974). Al igual que Karl Popper (1902-1994) —otro de los pensadores más importantes en filosofía de la ciencia—, Lakatos propone entender las condiciones que caracterizan el desarrollo científico, en vez de establecer una metodología para la investigación científica, pero a diferencia del primero, Lakatos no piensa que la ciencia se desarrolla a partir del planteamiento de conjeturas cuya refutación empírica hace necesaria la elaboración de nuevas conjeturas.

Para defender su punto y diferenciar su modelo de los anteriores, Lakatos distingue cuatro programas de investigación respecto a cómo se construye el conocimiento científico: 1) el “justificacionismo”, que sostiene que el conocimiento científico consiste en enunciados demostrados (justificacionismo clásico) o probables (justificacionismo neoclásico); 2) el convencionalismo duhemiano, para el que la ciencia avanza con la proposición de teorías cada vez más simples; 3) el “falsacionismo metodológico”, que engloba la convicción popperiana de que no puede demostrarse sin lugar a dudas que una teoría es verdadera, pero sí se puede demostrar su falsedad, de manera que toda teoría científica es susceptible de ser falseada mediante la experimentación; y 4) el “falsacionismo sofisticado”, que se corresponde con su propio modelo.

En este recorrido historiográfico, Lakatos considera que el falsacionismo metodológico de Popper es un avance con respecto al justificacionismo, pero tiene diversos problemas conceptuales que conducen en última instancia a un escepticismo completo, ya que desde donde observa Popper se niega que los hechos puedan demostrar enunciados, lo que convierte toda teoría en postulados metafísicos (alejados de la realidad del mundo sensible) y significa que incluso las teorías más importantes no son sino construcciones metafísicas irracionales y deben ser rechazadas, lo cual, por supuesto es inaceptable.

Como solución, Lakatos propone dar una forma más sofisticada al falsacionismo de Popper y dejar de enfrentar a las teorías con la experiencia (en un modelo uno a uno), y trabajar en cambio con series de teorías. Para el falsacionismo sofisticado de Lakatos, una teoría es científica sólo si tiene más contenido empírico que sus predecesoras. Ello significa que debe conducir al descubrimiento de nuevos hechos, mismos que no son evidentes desde los postulados de las teorías rivales. Por otra parte, una teoría de una serie se considera falseada cuando es remplazada por una teoría con un contenido corroborativo más alto, y a eso le llamamos progreso. Desde esta perspectiva, ningún resultado experimental puede echar abajo una teoría.

Un ejemplo en Biología que apoya la lectura de Lakatos son las diferentes interpretaciones del registro fósil. Para los opositores de Charles Darwin la discontinuidad en el registro significaba que no había formas intermedias entre una especie y otra; mientras que para Darwin y sus seguidores esto se debía simplemente a que el registro era incompleto por razones meramente accidentales o azarosas, como el cambio de clima. Según Lakatos, este tipo de actitudes muestran la importancia de la interpretación de los datos observados en la falsación de una teoría. Los mismos hechos observados, en este ejemplo el registro fósil, dan lugar a distintas conclusiones.

A los interesados en conocer con mayor profundidad la propuesta de Imre Lakatos les recomiendo la lectura de su libro Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, editado por Tecnos y disponible en librerías de prestigio.

Directora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México

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