Más Información
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
“Vamos a dar apoyo a los pequeños agricultores por sequía en Sonora”; Claudia Sheinbaum instruye a Berdegué
Derrota de México en disputa por maíz transgénico contra EU; estos son los argumentos de Sheinbaum y AMLO para prohibirlo
El cambio climático es uno de los principales retos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Sus impactos tienen manifestaciones físicas, biológicas, económicas y sociales.
La evidencia científica es clara en relación a las consecuencias de este fenómeno. El Quinto Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala que “el calentamiento del sistema climático es inequívoco y muchos de los cambios observados desde la década de los 50 no tienen precedente. La atmósfera y los océanos se están calentando, las capas de nieve y hielo han disminuido, el nivel de los océanos se ha incrementado y las concentraciones de los gases de efecto invernadero en la atmósfera han aumentado”.
Es una realidad de la cual —países desarrollados y en desarrollo— estamos sufriendo efectos devastadores. Hace tres días que las inundaciones atípicas en Houston lamentablemente cobraron la vida de al menos cinco personas. En Chile y Uruguay hubo intensas lluvias que dejaron miles de damnificados.
México no es ajeno a los impactos del cambio climático: 13% de sus municipios están clasificados como altamente vulnerables. Nunca antes se había presentado un impacto simultáneo de dos ciclones como Íngrid y Manuel en 2013 y en octubre pasado fuimos golpeados por Patricia, el huracán más intenso que se haya registrado en la historia del planeta.
El clima es un bien global. Su aprovechamiento sustentable depende de las decisiones diarias que tomamos los habitantes del planeta, de las tecnologías que utilizamos y nuestros patrones de producción y consumo. Por ello, la manera más adecuada para combatir este fenómeno es con la acción colectiva.
Sin duda, el principal instrumento de acción colectiva para atender el calentamiento global es la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que entró en vigor en 1994 y ha sido suscrita por 197 partes. La Convención cuenta con el Protocolo de Kioto que establece metas de reducción de emisiones para 37 países industrializados y la Comunidad Europea. Si bien la Convención Marco y su Protocolo han permitido fortalecer las capacidades de los países para la atención del cambio climático, los resultados han sido insuficientes.
Ante este reto debemos tomar decisiones inmediatas. Es indispensable trazar trayectorias de mediano y largo plazos que permitan transitar hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima. La transición a una economía baja en carbono es responsabilidad de todos los países y de todos los actores: gobiernos nacionales y subnacionales, legislativos, sector privado y sociedad civil.
En diciembre se adoptó en la COP21 de la CMNUCC el Acuerdo de París. Un acuerdo con gran potencial en la lucha contra el cambio climático por ser vinculante, universal, con metas de largo plazo, con compromisos claros y que promueve un balance adecuado entre la mitigación y adaptación. Sin embargo, los compromisos adoptados son aún insuficientes para estabilizar el incremento de temperatura del planeta muy por debajo de 2°C y en lo posible hasta 1.5 °C.
Es por ello que debemos asegurar su inmediata entrada en vigor, pero además incrementar de forma progresiva nuestros esfuerzos de mitigación. Es imprescindible estabilizar el incremento de la temperatura del planeta, según lo establecido en el Acuerdo de París.
En México estamos convencidos que es posible generar desarrollo económico y bienestar en armonía con el medio ambiente. Fuimos el primer país en desarrollo en presentar a Naciones Unidas nuestra Contribución Determinada Nacionalmente (INDC), que establece una reducción de 22% las emisiones de gases de efecto invernadero y 51% de las emisiones de carbono negro.
Tenemos instrumentos para cumplir los compromisos incluyendo una Ley General, una Estrategia y un Programa Especial Cambio Climático. Asimismo, la reforma energética y el impuesto al carbono ponen a México en la vanguardia internacional y en la transición hacia una economía sustentable y eficiente.
México pone de su parte para cumplir con su responsabilidad global. Hoy se suma a más de 150 países que firmarán en Nueva York el Acuerdo de París. Emplearemos todo nuestro esfuerzo y talento para honrar este compromiso.
Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales