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En diversas colaboraciones, he señalado que existen voces que se han pronunciado por la legalización o consumo controlado de drogas; al respecto, nuevamente traigo este tema ante la propuesta para legalizar la mariguana que hace en su proyecto el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar. Entiendo que en éste, se propone legalizar el cultivo, transporte y consumo de mariguana con fines lúdicos o recreativos, considerando que su prohibición va en contra del libre desarrollo de la personalidad.
No conozco en toda su dimensión el proyecto del señor ministro Arturo Zaldívar, a quien respeto y con quien he coincidido en múltiples temas que le ha tocado proponer y resolver; sin embargo, quisiera hacer algunas reflexiones sobre el particular.
Insisto en señalar que legalizar las drogas cobija el delito. La salud de los mexicanos y el bienestar de nuestro país son fundamentales para tener un desarrollo viable y sustentable. Soy de los que creen que tenemos que seguir atendiendo de manera puntual el combate a las adicciones, ya que este mal envenena a nuestra sociedad y afecta a todos los sectores de la vida nacional.
La droga no sólo daña el tejido social, frena el crecimiento de las inversiones y la creación de empleos, quebranta nuestro Estado de derecho y propicia violencia e inseguridad. Cuántos de nosotros hemos visto que las drogas se han introducido en los centros de trabajo, los planteles educativos y los hogares de muchos mexicanos.
Las consecuencias para la salud, provocadas por el consumo de drogas ilícitas siguen siendo motivo de preocupación para el Estado mexicano y a nivel mundial; hoy observamos que en todas las naciones, en mayor o menor medida, enfrentamos el crecimiento del consumo entre nuestras poblaciones, particularmente entre los grupos más vulnerables. Sin duda, los desafíos que enfrentamos sociedad y autoridad son muy grandes pero debe ser mayor la voluntad de todas y todos de desterrar la drogadicción.
En este contexto, reitero el llamado para rechazar la legalización de las drogas, ya que se fomenta su aceptación social y, con ello, crece el riesgo de que niños y jóvenes estén expuestos a ellas. Considero que es mejor desarrollar estrategias integrales que permitan atender tanto las causas, como las consecuencias del consumo de drogas.
Nuestro país hace un gran esfuerzo para combatir las grandes organizaciones criminales y también a las bandas —por cierto numerosas— dedicadas al narcomenudeo. Por ello, es exigible atender de manera especial el consumo.
Debemos evitar que miles de mexicanos, particularmente los jóvenes, tengan acceso a las drogas. Recordemos que todo lo que es legal debe tener como destino el beneficio de todos y propiciar con ello, la concordia. Legalizar el consumo de drogas, en mi opinión, es rendirse y admitir que el tráfico de éstas, nos ha rebasado.
Sigo reiterando, la drogadicción propicia la ruptura de los lazos sociales, se ha demostrado que el consumo de drogas está asociado a conductas delictivas tanto en la fase en la que el sujeto se encuentra bajo el efecto de los psicotrópicos como en la abstinencia. Del mismo modo, los avances en las técnicas de cultivo de la planta de mariguana y el uso de determinadas cepas seleccionadas genéticamente han producido un aumento en el número de cosechas, y un mayor rendimiento y potencia, la que suele medirse por el grado de concentración de THC, lo que ha dado lugar a una preocupación cada vez mayor respecto de la capacidad de la mariguana para ocasionar problemas de salud graves.
Será muy interesante escuchar el debate que el proyecto del ministro Zaldívar generará, debemos estar muy atentos a éste, pero eliminar leyes que sancionan el consumo de drogas no es combatir la delincuencia, es proveerla. Sigamos adelante en lograr que la salud de mexicanas y mexicanos, y su bienestar, sean prioridad para lograr un México como el que todos anhelamos.
Ex procurador de la República