Lamentablemente en México no tenemos un límite para sorprendernos de lo que nos pasa. Todos los días conocemos nuevas corruptelas de gente como Javier Duarte, Guillermo Padrés, Humberto Moreira y una lista interminable de quienes estuvieron en un puesto de gobierno y atentaron contra el pueblo.

Pero si nuestra capacidad de sorpresa no tiene fin, si debemos ponerle un alto para que desfalcos como los cometidos por estas personas no sucedan más. Nosotros, los ciudadanos tenemos el poder de decirle a los políticos ¡Ya no!

Actualmente estamos ante una oportunidad para pensar en el México que queremos, en proponer nuevas formas de gobernar y en especial en tener cero tolerancia a la corrupción, pero esto no será posible si no nos unimos, si no hacemos un frente común para evitar que la historia se repita y quienes tanto nos han dañado sigan gobernando al país. Vivimos un momento crucial en la historia que será definido bajo la idea que nos anime a cambiar por completo nuestro destino o continuar en el fango de la corrupción, impunidad, egoísmo, ilegalidad e indisciplina.

México nos reclama desesperadamente. Nos está hablando a ti y a mi. Pide nuestra inteligencia y participación. Nos exhorta a ser creativos y honestos. Todos los días, todas mis jornadas, todos mis diálogos me han llevado al encuentro con los buenos ciudadanos, que siendo más, nos encontramos desorganizados. Mientras los malos saben que son pocos, pero bien apertrechados.

Para un primer análisis propongo como plan ciudadano a seguir nueve puntos que serían impulsados por la gente que consisten en:

1.— Grupo de tres abogados que reciban denuncias ciudadanas sobre corrupción e impunidad y las interpongan ante la PGR y ante el Congreso de la Unión.

2.— Educación en principios y valores a las nuevas generaciones.

3.— Desburocratización del sistema educativo para convertir a las escuelas en verdaderos centros de cultura.

4.— Supervisión ciudadana a jueces e impartidores de justicia, nombrando un ómbusdman de la justicia y que centre su trabajo en ese derecho humano.

5.— Un Observatorio Ciudadano que supervise el trabajo de los gobiernos para que respondan a las necesidades de la gente.

6.— Regresar gradualmente a soldados y marinos a sus cuarteles y preparar la estructura de una policía capaz, bien remunerada, entrenada, comprometida, disciplinada y consciente de su función esencial en la vida democrática de México y confirmar un equipo ciudadano que analice y aplique este plan.

7.— Denuncias ciudadanas en redes sociales de corrupción que evidencien actos de ilegalidad.

8.— Eliminar el financiamiento público a los Partidos Políticos ya que no podemos seguir subsidiando a los manipuladores de la voluntad popular.

9.— Conformar un sistema de rescate de la agricultura y la infraestructura en el país, donde los colegios de ingenieros, arquitectos, constructores, agricultores, científicos, empresarios y académicos sean ya parte imprescindible del desarrollo.

Con estas acciones ciudadanas haremos la diferencia, si las seguimos al pie de la letra y caminamos detrás de ellas.

Hagamos conciencia real de nuestras demandas y aspiraciones. Un país sin instituciones, carece de proyecto y futuro. Reinventemos a México. Perfilemos la dignidad de lo que somos y deseamos. Nosotros mismos somos lo que estábamos esperando. Juntos los buenos y bien organizados.

México está ante una bifurcación crucial: o continuamos en el resentimiento o abrazamos la reconciliación.

Periodista

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