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Las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear se han extendido hasta el 7 de julio. El martes 30 de junio se suponía debía ser la fecha límite para alcanzar un acuerdo con el grupo llamado P5+1. Todas las partes acordaron dar más tiempo a las negociaciones con el fin de alcanzar una solución a largo plazo para el asunto nuclear de Irán.
Regresando a Viena para la etapa final de las negociaciones desde Teherán, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Javad Zarif, dijo el martes, después de una reunión de una hora con el secretario estadounidense de Estado, John Kerry: “Estoy aquí para llegar a un acuerdo final y creo que podemos”.
Un oficial de Estados Unidos no estaba tan seguro: “Nosotros y los iraníes entendemos que este es un momento muy importante en las conversaciones… Es ciertamente posible llegar aquí a un acuerdo y vemos un camino adelante para obtener un acuerdo que satisfaga nuestro resultado final. Pero hay asuntos reales y difíciles que permanecen, que deben ser resueltos para llegar a un acuerdo comprehensivo, y que todavía no sabemos si vamos a alcanzar ahí… Queremos, esperamos, pero no sabemos”.
La incertidumbre persiste debido a algunas indicaciones de un lado o de otro de endurecer las posiciones: podría ser parte del juego y una manera de presionar al oponente.
El ayatolá Alí Jamenei, el líder supremo iraní, anunció sus líneas rojas el 23 de junio para que las negociaciones tengan éxito y pareció alejarse de los elementos centrales del acuerdo preliminar alcanzado en Lausana el 2 de abril. Insistió en levantar las sanciones al tiempo de firmar un acuerdo, rechazó cualquier posibilidad de investigar los sitios militares, que podrían estar relacionados con el programa nuclear, y descartó cualquier intento para limitar la capacidad nuclear de Irán por un largo periodo. Los comentarios estadounidenses fueron de naturaleza práctica y diplomática: “Lo que a nosotros siempre nos importa más es lo que sucede dentro de la sala de negociaciones y si Irán mantiene sus compromisos, como lo ha hecho”.
Laurent Fabius, el ministro francés de Relaciones Exteriores, quien representa la línea dura del equipo occidental, indicó tres condiciones para un acuerdo: la limitación permanente de la capacidad nuclear iraní en investigación y producción; la investigación de sitios militares cuando sea necesario y el regreso de sanciones en caso de que Irán reniegue de sus compromisos. El ministro británico de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, dijo que sigue habiendo grandes diferencias, que hay una necesidad de concesiones para alcanzar un acuerdo y que “no alcanzar un acuerdo es mejor que un mal acuerdo”.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, fue más optimista diciendo que las negociaciones están poniendo los toques finales y todas las partes deben tener la voluntad política y comportarse con responsabilidad en esta etapa.
De lo que ha trascendido, las partes convinieron en un acuerdo que permite a la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) visitar los sitios “sospechosos” después de un tiempo razonable de advertencia.
Los iraníes continúan negando eso. En cuanto a las sanciones, los iraníes conocen el complicado proceso y deben tolerar algún lapso de y tiempo durante el verano.
Ningún documento será firmado si las partes llegan a las soluciones bajo discusión. Anunciarán su acuerdo y esto deberá hacerse antes del 9 de julio para dar al Congreso estadounidense el tiempo de revisarlo dentro de 30 días, de lo contrario el tiempo de revisión será de 60 días debido a las vacaciones de verano, y eso ocasionará un retraso para levantar las sanciones contra Irán.
Al mismo tiempo, el acuerdo será revisado por el Parlamento iraní (Majlis al-Chawra) para tener la aprobación de los legisladores de ambos lados. Un mes después, comenzará el levantamiento de las sanciones, sin ninguna resolución formal por parte de las Naciones Unidas. Simultáneamente, la Agencia Internacional de Energía Atómica comenzará el control e investigación de los sitios iraníes en un calendario preprogramado. Después de dos meses, y después de verificar el compromiso de Irán, el acuerdo y demás asuntos relacionados serán discutidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para ser aprobado y para emitir una nueva resolución, cancelando todas las sanciones relativas al asunto nuclear. Otras sanciones relacionadas con las instalaciones militares y nucleares quedarán para después.
Aunque la administración de Obama ha mostrado gran interés en lograr un acuerdo con Irán, este país está más interesado en alcanzar un acuerdo que termine su aislamiento y libere a su economía y a sus ciudadanos de las dificultades de años previos.
Para el liderazgo iraní, la pregunta es ideológica. Es acerca de los principios de la revolución de 1979. ¿Cómo cambiar la postura de un Estado revolucionario con todos los eslóganes y las retóricas antiimperialistas? Pero pueden sentirse orgullosos de que las potencias mundiales reconocieron su derecho al enriquecimiento del uranio y a conservar sus logros. Después de todo, el pueblo iraní necesita un descanso.
El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011
nouhad47@yahoo.com