Las ideas como el clima son libres; ningún muro puede contenerlas ni limitarlas. La Semana Santa, originalmente concebida como un tiempo de recogimiento espiritual, ha venido transformándose en una ocasión para que la sociedad urbana rompa su rutina y busque unos días de descanso que por diversas razones nos acerca con la naturaleza.
Para muchos es la oportunidad de disfrutar de los sitios arqueológicos, ciudades coloniales, deportes extremos, contacto con la biodiversidad o de disfrutar de los destinos de playa; todo eso y más tiene de riqueza natural nuestro país.
Es precisamente la ecuación naturaleza-turismo-cultura lo que distingue a México como uno de los principales destinos turísticos internacionales.
El presidente Miguel Alemán Valdés, durante su mandato y posteriormente como presidente del Consejo Nacional de Turismo, reconoció que: “las riquezas naturales son unos de los grandes atractivos turísticos de México y nuestra obligación es conservarlos para la futuras generaciones”.
Es así que desde el año de 1992 la fundación que lleva su nombre instituyó el Premio de Ecología y Medio Ambiente Miguel Alemán, con el objeto de estimular y reconocer la labor de base científica y tecnológica para la conservación y el manejo sustentable del capital natural del país.
La fundación consideró oportuno identificar y reconocer a las organizaciones o personas de nacionalidad mexicana de reconocido prestigio profesional que se hayan distinguido por su trabajo social sobre el cuidado del entorno natural, para elevar el nivel de conocimiento y toma de conciencia de la sociedad sobre los retos que la vida contemporánea está generando en relación a los ecosistemas regionales, nacionales y globales.
Con estos criterios este año se premió a la organización Cinema Planeta, por su contribución a la toma de conciencia del valor de la biodiversidad mediante la producción audiovisual de cine minutos que ha tenido una audiencia de más de trescientos mil espectadores.
También se otorgó una merecida Mención Honorífica al Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica A.C. (CICEANA), por su contribución a la educación ambiental, su creatividad para fomentar la cultura de conciencia ecológica y vida sustentable.
Fue en 1992, que como Presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República, asistí a la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, evento en el que se reconoció la corresponsabilidad de la globalización económica en la preservación del ecosistema global. Hoy muchos de los avances logrados están en riesgo por la incredulidad del presidente Trump respecto al cambio climático y la intención de revitalizar la industria del carbón, lo que tiene un impacto negativo en los ríos de las zonas mineras, así como la contaminación que genera la combustión del carbón.
Es un retroceso de corto plazo, cuyos efectos negativos serán de largo plazo. La razón de esta decisión es la preservación de la planta laboral de una industria que registra alta incidencia de la distrofia respiratoria conocida como “pulmón negro”, que requiere un tratamiento que las reformas del presidente Trump en materia de salud dejarían sin cobertura para este sector de alto riesgo.
La mejor forma de proponer un cambio de comportamiento es mediante un cambio de mentalidad respecto al modelo productivo industrial y al modo de vida contemporáneo.
Amigo lector, lo invito a que en este periodo vacacional dejemos a nuestro paso un medio ambiente limpio, sin basura ni daños que la naturaleza por sí sola no puede recuperar.
Rúbrica. Campaña celestial. Cuántos profetas autoelogiados por la “industria del acarreo” quisieran tener la multitudinaria convocatoria de la Pasión de Iztapalapa.
Político, escritor y periodista
@AlemanVelascoM
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