Mi padre definía la política como “una ciencia de consciencia, constancia y circunstancia; donde el mayor peso lo tienen las circunstancias”. De esa manera —por experiencia propia— podemos contribuir al análisis para definir que gobernar es: una ciencia, un arte y una pasión, pero ante todo es aceptar la responsabilidad de tomar las más grandes y trascendentes decisiones que exige el destino de México, decisiones que en el horizonte de la historia son necesarias a pesar de que no sean populares en la actualidad. En política, la popularidad transita al borde del populismo. Por ello no elegimos a un dirigente nacional para ser apreciado, sino para gobernar con visión, responsabilidad y sensatez. Es así que la vida del gobernante se desenvuelve en la búsqueda de las mejores opciones para tomar las decisiones adecuadas y sobre todo trascendentes, dentro de las limitaciones que imponen las circunstancias imperantes.

Hoy las estructuras democráticas garantizan la alternancia de partidos en todos los puestos de elección popular. Nuestro sistema ha venido fortaleciendo los pesos y contrapesos del ejercicio del poder, con el fin de abrir los espacios para el escrutinio ciudadano de las decisiones gubernamentales, el respeto a libertad de expresión y la rendición de cuentas de los recursos públicos. Quienes vemos la dimensión histórica, reconocemos que son grandes avances, y si lo enfocamos con una visión de futuro aceptamos que aún hay trascendentes decisiones que tomar.

Ahora que se analiza el Cuarto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, reconozco las cualidades de un gobernante que ha asumido la responsabilidad de tomar las decisiones que le permiten las circunstancias. Sabemos que el progreso sostenido y equitativo que brinda seguridad, estabilidad social y progreso económico de largo plazo se logra con tres elementos: educación, educación y más educación. Por eso es loable que el gobierno no claudique en su apuesta por una mejora educativa integral, en un entorno de episodios adversos (algunos de origen externo), sin perder el rumbo y la visión de largo plazo para nuestro país.

Las obras de infraestructura, el avance de las reformas estructurales, los servicios públicos que dan paso a las políticas sociales han ampliado su cobertura a un mayor número de beneficiados. El nuevo sistema penal acusatorio y el sistema anticorrupción son pasos valiosos, como la mayor competencia en la televisión y venta de gasolina al menudeo, así como la ampliación de los servicios de salud, el apoyo a las Pymes, el incremento en la producción agropecuaria, el impulso al turismo y al comercio exterior son algunos de los pasos que ha dado esta administración en lo que va del presente año. Habrá opiniones divergentes y respetables, pero lo anterior también cuenta.

Es evidente que la ciudadanía expresa su crítica con madurez, y en algunos casos de manera estridente. La democracia es ruidosa, no obstante es más deseable todo el ruido que genera la democracia que el silencio que impone el autoritarismo. Mientras las fuerzas políticas de oposición sigan cautivas en su intransigencia y no superen el viejo debate que llevó a cancelar la comparecencia del presidente ante el Poder Legislativo, y definan otro mecanismo de rendición de cuentas para el titular del Ejecutivo federal, la decisión de platicar con los jóvenes y rendir cuentas a la ciudadanía a través de los medios será la más adecuada. En política la crítica nutre, la vocación inspira, pero sólo los resultados cuentan.

Rúbrica. Siempre en mi mente: Adiós a Juan Gabriel, ídolo musical que enorgullece a México y que supo comunicar con delicadeza las pasiones del corazón; él gozó con el ensueño de ponerle música a las ilusiones.

Político, escritor y periodista

@AlemanVelascoM

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