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Uno de los cargos considerados la antesala para una candidatura presidencial en México es la Secretaría de Gobernación, aunque esta situación no logró consolidarse en los dos sexenios del PAN; sin embargo, Miguel Ángel Osorio Chong se mantiene firme en los sondeos encabezando las preferencias al interior de su partido para obtener el abanderamiento en 2018.
Como lo señala el investigador Andrés Valdez Zepeda, la imagen desempeña un papel muy importante para el éxito y la construcción de legitimidad social, ya que se asocia con la credibilidad, la confianza y la reputación de los actores e instituciones políticas.
Después de la primera mitad del sexenio de Peña y tras varios casos como Tlatlaya, Ayotzinapa, la fuga del Chapo Guzmán, entre otros, que han afectado de forma directa la imagen de la administración federal, Osorio Chong conserva su fuerza. ¿Por qué?
Desde antes de ocupar el puesto que hoy ostenta, se convirtió en un importante operador político desde la trinchera electoral hasta el área de diálogo y acuerdos políticos del equipo de transición, convirtiéndose en uno de los protagonistas de la consecución del Pacto por México, lo que le hizo sumar puntos.
El consultor Rubén Aguilar Valenzuela ha resaltado la importancia que tuvo la constante aparición en los medios de comunicación en el posicionamiento del actual primer mandatario, consciente de ello Osorio ha aprovechado esta circunstancia a su favor.
A diferencia de sus antecesores panistas en el cargo, el hidalguense ha gozado de continuidad incluso en los momentos más difíciles del sexenio, lo que ha resultado en una permanente aparición en la escena política, reflejándose en los niveles de reconocimiento de su nombre, siendo el segundo aspirante más conocido con un 79.9%, solo por debajo de AMLO (Mitofsky, febrero 2016).
En el gobierno de Felipe Calderón, cinco personajes ocuparon el puesto (por diversas situaciones) lo que contribuyó a que ninguno obtuviera la candidatura.
Permanecer en sus funciones, a pesar de las duras críticas y aún con los cambios presenciados en el gabinete, envió un mensaje de cercanía y respaldo por parte del presidente hacia su persona, afianzando así sus aspiraciones dentro del PRI.
La adaptación a un rol distinto dentro del organigrama gubernamental es básica para la congruencia emitida a los ciudadanos, por ello sus apariciones públicas también han evidenciado cambios. Los discursos emotivos y protagónicos de su etapa como gobernador del estado de Hidalgo (2005-2011) han sido sustituidos por disertaciones ecuánimes y sencillas, cediendo los reflectores al jefe del Ejecutivo federal.
Uno de los grandes aciertos en su estrategia fue la apertura al diálogo expuesta a los estudiantes del IPN, que en octubre de 2014 se manifestaron a las afueras de la Secretaría de Gobernación exigiendo la atención a sus demandas redactadas en un pliego petitorio, a lo que el secretario afrontó con una comunicación directa en la tarima que los propios jóvenes habían ensamblado.
Esta apertura poco usual en las élites priístas colabora a la construcción de una imagen flexible y tolerante que genera cercanía con las personas. Esto ha sido sustentado por el publicista político Germán Medina quien apunta que “al romper los paradigmas se permite generar un estado de emoción que conecta de manera directa”.
Otra de las ventajas con las que el aspirante cuenta, es que la coyuntura política le permite tener de forma indirecta un muro de contención llamado Enrique Peña Nieto, pues ha sido el presidente el que mayores críticas ha recibido en estos cuatro años y se le señala como el principal responsable de los problemas del país.
En la última encuesta realizada por EL UNIVERSAL/Buendía & Laredo en marzo pasado, el nivel de personas que reprueban “mucho/algo” la administración de Peña Nieto alcanzó 56%.
Por el contrario, Osorio aparece a la delantera en las preferencias de los simpatizantes tricolores para elegirlo como candidato con un 30%, muy adelante de su más cercano competidor, Manlio Fabio Beltrones, que apenas alcanza 10% (El Financiero, febrero 2016).
En varias ocasiones el titular de la Segob ha declarado que falta mucho tiempo para la próxima elección y ha invitado a sus compañeros contendientes a seguir trabajando, cumpliendo así con un discurso institucional y de disciplina partidista.
Es indudable que Miguel Ángel Osorio Chong ha vivido momentos convulsos y condiciones adversas durante su gestión, pero ha sabido sortear las vicisitudes de tal manera que hoy lo colocan como uno de los candidatos más competitivos del partido en el poder, empero miembros del gabinete como Videgaray, Nuño e incluso el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, no pueden descartarse, pues con el tiempo restante las condiciones pueden variar, antes de anunciar al elegido.
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